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Zombi: 𝟙. 𝕞. 𝕪 𝕗. ℙ𝕖𝕣𝕤𝕠𝕟𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕖 𝕤𝕦𝕡𝕠𝕟𝕖 𝕞𝕦𝕖𝕣𝕥𝕒 𝕪 𝕣𝕖𝕒𝕟𝕚𝕞𝕒𝕕𝕒 𝕡𝕠𝕣 𝕒𝕣𝕥𝕖 𝕕𝕖 𝕓𝕣𝕦𝕛𝕖𝕣í𝕒 𝕔𝕠𝕟 𝕖𝕝 𝕗𝕚𝕟 𝕕𝕖 𝕕𝕠𝕞𝕚𝕟𝕒𝕣 𝕤𝕦 𝕧𝕠𝕝𝕦𝕟𝕥𝕒𝕕. 𝟚. 𝕒𝕕𝕛. 𝔸𝕥𝕠𝕟𝕥𝕒𝕕𝕠, 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕖 𝕔𝕠𝕞𝕡𝕠𝕣𝕥𝕒 𝕔𝕠𝕞𝕠 𝕦𝕟 𝕒𝕦𝕥ó𝕞𝕒𝕥𝕒. Es curioso que la primera acepción en la que pensaría yo (la de muerto resucitado hambriento de cerebros u otras partes blandas de gente que pudiendo correr en la buena dirección, corren en la mala) no aparece todavía en nuestro diccionario. Soy consciente del origen de la palabra zombi y de por qué se ha convertido en la figura que es hoy en día, claro que sí. Y el protagonista de este libro (Q.P.) sueña con tener uno para convertirlo en su esclavo sexual y que le de calor por las noches. Lo malo de hacer un zombi para uso personal es que nunca sale bien a la primera. 𝐉𝐨𝐲𝐜𝐞 𝐂𝐚𝐫𝐨𝐥 𝐎𝐚𝐭𝐞𝐬 es una escritora brillante pero también perturbadora. No tiene pinta, parece una señora respetable sin nada que ocultar, pero no en sus libros. 𝙕𝙤𝙢𝙗𝙞 fue escrita en 1995 y en 2019 la volvió a publicar en español la @labibliotecadecarfax, con traducción de Alexander Páez. La autora nos presenta una narración en primera persona de un chico empeñado en lobotomizar con un picahielos a cualquiera que le apetezca para conseguir su juguete. Es muy explícita, más los ardientes deseos sexuales del protagonista que por sus atrocidades, de las cuáles no es del todo consciente. 𝙕𝙤𝙢𝙗𝙞 no es políticamente correcta, como tampoco es su protagonista ni sus monólogos interiores entre la depravación y lo absurdo. A veces se hace algo pesado, por la reiteración de ideas y por la grafía que va resaltando las palabras en mayúsculas como si Q. P. estuviese gritando. La edición está muy bien, con esos dibujos interiores que recrean el diario del protagonista y esa portada por la que más de uno se ha girado mientras lo leía plácidamente en el parque. Recomendable para estómagos duros y aquellos que disfruten colándose en la mente de un asesino en una crítica a la hipocresía de la sociedad. Por cierto, ¿tenéis picahielos en casa? Tendrá que valer un destornillador normal... |
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