Piso para dos

Cuando una historia es bonita, sencilla y divertida, leerla se convierte en un verdadero placer.



En Piso para dos he encontrado una historia agradable de leer, amena, divertida y con unos personajes con los que resultaba sencillo encariñarse.



Tiffy y Leon nos cuentan su historia en primera persona de manera intercalada, y con dos estilos diferentes, dejando siempre patente su personalidad y las diferencias que hay entre ellos, pero también todo aquello que les une.



Tiffy es una mujer que ha sufrido maltrato psicológico en su última relación sentimental, y ahora necesita pasar página mudándose del apartamento de su ex, Justin. ¿Y cuál es la solución para encontrar un alquiler barato en Londres? Compartir apartamento y cama con un hombre con el que jamás tendrá que coincidir.

Por las mañanas, Leon ocupará el apartamento, pero por las tardes y durante la noche, Tiffy será la dueña y señora del lugar.



Lo que más divertido me ha resultado de toda esta historia, han sido las situaciones en las que Tiffy y Leon se veían envueltos con los personajes secundarios de la novela y que, poco a poco, les iban acercando.



La relación de los protagonistas resulta de lo más extraña, ya que ellos jamás se verán en persona sino que será Kay, novia de Leon, la que medie entre ambos. Pero los compañeros de piso encuentran la manera de comunicarse: post-it que van dejando por la casa y que se convierten en una vía de escape para ambos, en la que liberarán parte de sus miedos y pensamientos, conociéndose poco a poco, aunque sin verse.



La construcción de los personajes está bastante bien lograda, ya que vemos defectos en ellos, como los miedos y traumas de Tiffy, su desgana en ciertos aspectos del trabajo (y a la vez su conformismo, pues ama lo que hace. Contradictorio, ¿verdad?), su cabezonería... O la casi fobia social de Leon, su forma de detestar los cambios, su aparente miedo al compromiso, los secretos...

Todo aquello que les hace únicos y los completa. Aquello que les hace reales.



Lo que más me gusta de Tiffy es su espontaneidad, su carisma, su sinceridad y su manera de intentar hacer felices a quienes la rodean.

De Leon me quedo con su lealtad, honestidad y capacidad de superación.



Esta historia que busca entretener y hacer desconectar al lector de la realidad, resulta una excelente vía de escape, en la que las risas están aseguradas.



Con la ternura de los personajes, la crítica al maltrato, la elegancia con la que se tratan temas duros sin volverla pesada, veo Piso para dos como una novela que sin duda recomiendo y que me ha hecho querer leer más historias escritas por la autora.