Una historia maravillosa que nos habla de reconciliaciones familiares, de cómo superar realmente una perdida, del apoyo de la familia de sangre y de la que se elige, de cómo conectar con quién tenemos más cerca, pero nos empeñamos en alejar. Esta novela te trasmite mucho entre sus páginas: te trasporta a un pueblecito londinense, de esos que huele a bosque y a chimenea, a té, a brownies tostados, a naturaleza y a vida tranquila. En contraposición, tenemos la agitada vida en London City, con prisas, con exigencias, con tiempos justos, individualista. Leena y su abuela Eileen deciden cambiar sus hogares por dos semanas, ambas necesitan un aire nuevo, vivir experiencias para volver a renacer. Una novela que me ha cautivado sobretodo por el personaje de la abuela Eileenn, que ternura, que mujer más fuerte y dispuesta a todo. No es una novela romántica al uso, no es la típica que hace que este sea el eje principal de la trama y se agradece. Hay profundidad en las protagonistas, la autora te acerca con su pluma a conocerlas y ponerte en su piel, ayuda a que cada capítulo sea alterno entre Leena y Eileen. Hay algunos clichés del género, pero más bien como enganche principal a la novela. El libro trasmite mensajes bonitos y enriquecedores, es entrañable. Una lectura agradable para dejarse llevar. |