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Le tenía muchas ganas a esta novela porque el argumento me atraía mucho, y ha sido una excelente elección. Las protagonistas del libro son Leena y Eillen, pero los secundarios son también fundamentales para el desarrollo de la novela. La narración en primera persona, a dos voces y en capítulos alternos, funciona muy bien. Nos permite meternos de lleno en la vida de nieta y abuela, pero sin perder de vista a los secundarios. Eillen tiene setenta y nueve años y vive en pueblo de 168 habitantes, donde todos se conocen. Su marido la abandonó unos meses antes y necesita un cambio. Me ha encantado el personaje. Es una mujer llena de vida que tiene muchísimas obligaciones en su pequeño pueblo del norte. Tiene amigos de toda la vida y personas con las que se lleva mal desde siempre. Tras una desgracia familiar está muy preocupada por su hija, y se mantiene muy pendiente de ella. Leena por su parte, es una consultora de veintinueve años afincada en Londres, y es tan de ciudad como de pueblo su abuela. No mantiene buena relación con su madre tras la tragedia sufrida. Cree tener la vida perfecta, un buen trabajo, buenos compañeros de piso, una excelente amiga y un novio maravilloso. Pero de repente su castillo de naipes se desmorona y se ve obligada a tomar unas vacaciones. En los primeros capítulos conocemos a las dos mujeres en sus respectivos ambientes y se nos explica el motivo que lleva al cambio de hogares. A partir de ahí ya tenemos a cada mujer en su nueva ubicación. Me gusta la forma de encarar la historia por parte de la autora. Nieta y abuela intercambian vidas además de casas, ya que Leena tiene que hacerse cargo de las muchas obligaciones de su abuela, y esta se va a vivir con los compañeros de piso de la muchacha. Por cambiar cambian hasta de móvil. La narración es muy fluida y todo resulta muy creíble. Ves poco a poco como Leena se va integrando en el pueblo y en los mil comités a los que pertenece su abuela. Es genial que una mujer tan mayor sea tan sumamente activa, casi tiene más vida social que la nieta. Eillen viaja a Londres con la intención de buscar pareja, pero tiene tiempo de sobra para poner patas arriba las vidas de los amigos y vecinos de su nieta. La novela es muy fácil de leer porque te atrapa desde el principio, es muy adictiva. Trata también temas delicados y tristes, pero lo hace sin entristecer al lector. La evolución de las protagonistas es genial. Leena se va conociendo a sí misma poco a poco y, con algo de ayuda, retoma sueños que tenía olvidados. Y Eillen recupera parte del tiempo perdido. Nieta y abuela se van haciendo imprescindibles poco a poco en sus nuevos ambientes y algunas situaciones son muy divertidas. Me he leído la novela en apenas dos días y me ha venido genial para desconectar. Es de esos libros que te alegran el día, y desprende tanta ternura y optimismo que te dejan una sonrisa al terminar y una estupenda sensación de alegría. Aunque hay amor de por medio, no es una novela romántica. El romance es secundario y bienvenido, pero aquí lo importante es la vida y la evolución de los diferentes personajes. Ambas mujeres cambiarán vidas mientras se encuentran a sí mismas. Me habían recomendado a la autora, y la verdad es que acertaron. Tengo intención de leer su primer libro. A ver si lo puedo comprar pronto. Os recomiendo darle una oportunidad a la novela si aún no lo habéis hecho. |
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