El retrato de casada

Maggie O'Farrell recrea, imagina, la vida de la Duquesa de Ferrara, Lucrecia de Medici (siglo XVI). Lo hace con pinceladas suaves pero llenas de intención, firmeza y clarividencia. al contrario que un pintor escondía en sus cuadros mensajes velados, O'Farrell desvela la personalidad de su retratada en cada página de esta novela. No sólo de ella, también de los demás actores de la vida de Lucrecia y, por extensión, de la vida que tenían las damas de las cortes en el Renacimiento. de esta forma tenemos el retrato de la Duquesa y de la época en la que vivió. Las mujeres eran para las familias poderosas opciones de intercambio de poderes y alianzas, ambas variables y, por tanto, un matrimonio conveniente hoy puede no serlo mañana. En estos casos quien menos voz tenía eran las mujeres, futuras esposas, por tanto, eran piezas prescindibles en un tablero de ajedrez. Esto es lo que retrata O'Farrell muy bien.
Sin embargo, me falta emoción en las páginas. El final es rápido, abrupto, tras todos los detalles explicados anteriormente.