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Con un ambiente claustrofóbico como sucede en las buenas narrativas de terror comienza esta historia que nos lleva a la población de Cloudstown, donde aparece el cadáver de una mujer que en los últimos tiempos había tomado caminos inadecuados. Según sus vecinos, claro. Así comienza la investigación que traerá al presente los recuerdos del pasado de un grupo de adolescentes que vivió sus aventuras en el lago Derly. Ese regusto estupendo Con esta premisa, es imposible no pensar en los grandes clásicos de terror, sobre todo del cine. Ese cadáver que aparece que revuelve todo un pueblo para descubrir que hay algún tipo de «monstruo», en el sentido que sea, entre ellos. En este caso, no solo es lo que podamos percibir, sino que las referencias a estas historias aparecen ya en la propia trama de la novela, así, por ejemplo, Freddy Krueger o el Fantasma de la ópera serán puntos de partida. Sin embargo, lo que más me ha gustado a mí es eso que paladeas y que no se dice. Creo que las aproximaciones que podemos ver al gran Stephen King son varias y, además, muy bien desarrolladas. El pasado de los personajes será clave, no desde un punto de vista descriptivo, sino prescriptivo, eso que vemos tan bien de que todo tiene un antecedente, la idea de que los adultos no dejan de ser adolescentes con más años, el rencor acumulado… son todo cuestiones típicas del género, pero que aquí se describen con mucha precisión y con un acierto en las emociones que me ha recordado al gran maestro. El punto de desvío De todos modos, no pensemos que Andrea ha copiado a King y ha hecho una novela al uso. En su caso ha puesto el punto de diferencia en lo retorcido de los personajes, no por malvados sino por complejos y llenos de matices. Durante gran parte de la novela, como es obvio estaremos buscando al culpable del asesinato, no sabremos determinar quién es exactamente el culpable. Las apuestas estarán servidas porque no hay ni un solo personaje (excepto el fallecido y diría que incluso tampoco) que tenga las manos limpias. O tienen alguna rencilla personal o algún secreto inconfesable o alguna relación que no debe saberse, pero todos y cada uno van a mostrar una gama de grises muy muy interesante. Edward, nuestro inmediato protagonista, sin ir más lejos va a ser nuestro objetivo número uno. Un hombre que parece fracasado, pero que todo lo que cuenta parece indicar lo contrario. Sin embargo, a partir de este hilo, Dani, el inspector, también tendrá su montocito de basura que sacar… de este modo, Andrea nos propone una red muy bien enredada donde todo tiene un porqué bastante turbio que no dejamos de desear conocer. Este morbo, por decirlo de manera más clara, es uno de los puntos originales de la autora. La otra cuestión Pero no solo la configuración de personajes será interesante, sino también el propio modo expositivo, que convierte la historia en una investigación para el propio lector. Para ello ha empleado el recurso de los capítulos de voz anónima. El culpable parece hablarnos desde el principio desde estos capítulos que pretenden justificar las acciones que se han llevado a cabo o que se están llevando a cabo, una llamada de comprensión, que no de redención ni perdón, que va inquietando al lector, ya que de manera irremediable pretende poner nombre a esa voz. A medida que se avanza en la trama, este narrador indeterminado aumenta nuestra tensión, siendo mucho más osado en sus afirmaciones y descubriéndose mucho más en su discurso psicológico. Aquí es donde nace el punto de terror, ya que es introducirse en la mente del monstruo de una manera muy directa. Atreverse a sentir incomodidad La verdad es que cuando leí el libro anterior de la autora me quedé satisfecha, pero con este la experiencia ha sido aún mejor. Una vez que decides entrar a una narración incómoda porque te va a poner en tensión, creo que lo ideal es ver lo peor que puede pasar. En el caso de En las entrañas… nos adentramos en una mente enferma, sí, pero también en otras psiques (supuestamente sanas) que se retuercen por envidia, miedo, rabia… Esto, que es lo que más puede llegarnos, nos pone en la tesitura adecuada para que la presentación del malo aún sea más inquietante, a medias entre la comprensión de lo que siente y la incomprensión por lo que hace. Por otro lado, creo que la autora cierra muy bien la historia, si bien es cierto que a lo mejor el giro sobre el giro me parece innecesario tampoco es una cosa que me incomode en la conclusión de la obra. Además, como ya os he dicho, nos ofrece unos personajes con mil matices interesantes y un estilo que, si bien tiene sus fuentes declaradas, se acerca mucho a esa claustrofobia, desconcierto y relación con la adolescencia que en muchos casos encontramos en King y qué también le ha salido a Andrea. Por ello creo que si os gusta el terror, esta novela puede gustaros mucho, y si no os atrevéis creo que también, ya que ese punto de inquietud no viene de un susto, viene de lo malos que podemos llegar a ser. ¿Os atrevéis? Espero que os animéis con él. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... |
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