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Cosmética del enemigo de Amélie Nothomb (2003). Con la lectura de este libro asistimos a un diálogo entre dos supuestos personajes, el empresario Jérôme Angust, el cual recibe por megafonía el anuncio de que su vuelo sufre un retraso sin determinar. Este para entretenerse se sumerge en la lectura del libro que lleva en su bolsa de mano, pero un inesperado interlocutor, Textor Texel, le dará conversación a pesar de que Angust se resiste a que esto pase. En un punto de la conversación, sale a la luz la frase "yo soy tú, Jérôme". A partir de esta revelación, la narración se precipita en una desgarradora lucha entre los dos yoes. La narración a lo largo de la obra es muy fluida y las palabras una a una nos obligan a estar presentes con los cinco sentidos para intentar comprender el entramado de significaciones, debido a que el personaje es una especie de camaleón que no se logra descifrar sino al ir acaeciendo el final:" Yo soy yo, y, por tanto, no soy la silla sobre la que me siento, no soy el árbol que estoy mirando. Soy bien distinto del mundo, me limito a las fronteras de mi cuerpo y de mi mente. Soy yo, y, por tanto, no soy ese señor de ahí, sobre todo si ese señor resulta ser el asesino de mi mujer". Por lo tanto, con la lectura del libro Cosmética del enemigo de Amélie Nothomb, asistimos al encuentro de un mundo donde se desvanecen las fronteras entre cuerpo- mente, cultura- lengua, el yo y el nosotros. Amélie Nothomb, revive la conocida sentencia de Rimbaud: "Je est un autre". Ella nos invita a asistir a su juego, nos presenta un universo con aforismos y patronímicos. Donde las personas no son lo que parecen. Donde la intimidad de las palabras nos involucra a tal punto de no poder parar de leer y cuestionarnos si también somos un personaje de su obra. |
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