No era mentir lo que me preocupaba, sino la rapidez con que sabía hacerlo.
|
No era mentir lo que me preocupaba, sino la rapidez con que sabía hacerlo.
|
Me traía sin cuidado lo extraño que era, lo que pensará de mí o de los libros que habíamos leído los dos.
|
Su cuerpo se convirtió para mí en un lugar de oración, un refugio donde olvidarme de mi propia carne y estar solo con la suya. Se trataba de placer absoluto, de belleza absoluta.
|
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?