Demonios de la noche, los

Y mientras me hablaba, mordía obstinado la madera mojada con mi sangre, recientemente vertida, y me felicitaba de sentir crecer las sombrías alas de la muerte que se desplegaban lentamente debajo de mi cuello mutilado

Quien se haya resignado a leer Smarra de cano a rabo, sin percatarse de que estaba leyendo un sueño, se ha tomado una molestia inútil

Mi cabezs había caído ... había rodado, rebotado en el horrendo atrio del cadalso y lista para bajar toda magullada entre las manos de los niños, de los bonitos niños de Larisa, que juegan con las cabezas de muerto

El resplandor pálido que acababa de golpear mis ojos no provenía de él. Se habría dicho que no tenía ningún origen y que no era más que un color particular de la noche, a menos que no resultase del incendio de algún mundo lejano cuya ceniza siguiera ardiendo

Los ojos fijos y vacíos estaban ahogados en sangre, lágrimas de sangre surcaban sus mejillas profundas y su mano, desplegada en el espacio, dejaba impresa en el aire la huella de una mano de sangre

Aquí estás, mi querido Smarra, el bienamado, el único favorito de mis pensamientos amorosos, tú a quien el odio del cielo ha escogido entre todos sus tesoros para la desesperación de los hijos del hombre

Aquí el velo de la bienamada bajo el que el bienamado ocultó su palidez y su desolación después de haber degollado al esposo dormido para gozar de sus amores...

Es así como al soldado le gusta ocupar el corazón de las mujeres, cuando ya no le llama el clarín de la batalla y los azares del combate ya no solicitan su ambición impaciente

¡Cuántas veces me he inclinado en mi sueño sobre la onda límpida y durmiente, la onda demasiado fiel que reproducía mis rasgos alterados, mis cabellos erizados de terror, mi mirada fija y taciturna como la de la desesperación que ya no llora...!

Sus dientes chirrían de desesperación y rabia, se apresuran y se evitan por miedo a encontrar por todas partes brujas y fantasmas. ¡Es de noche...! ¡Y el infierno se va a abrir de nuevo!