Demonios de la noche, los de Charles Nodier
¡Cuántas veces me he inclinado en mi sueño sobre la onda límpida y durmiente, la onda demasiado fiel que reproducía mis rasgos alterados, mis cabellos erizados de terror, mi mirada fija y taciturna como la de la desesperación que ya no llora...!
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