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Un buen thriller histórico, con ciertas escenas no demasiado aptas para mentes sensibles.

La novela está dividida en cuatro partes, los capítulos son cortos y se lee muy rápida.

Arrancamos en Invierno, con el descubrimiento de un cuerpo en las aguas de un lago. Estamos a finales del siglo xxviii y las condiciones medioambientales, higiénicas y de salubridad eran las que eran, las aguas del lago están llenas de residuos y deshechos. ¡Bienvenido a los bajos fondos y a las inmundicias de la sociedad sueca! El autor no se corta a la hora de retratarnos las miserias de aquella época. Durante esta primera parte, mezcla en una misma frase las "glorias" y las "penas". ¿Ironía o recurso literario? A pesar de la dureza de lo que narra al terminar las frases con un par de palabras positivas suaviza la sensación de lo que cuenta.

La ambientación a lo largo de todo el libro es muy buena, te transporta, sientes el frío, la humedad, los olores, ... Las condiciones de vida son muy duras para la mayoría de la gente y el frío extremo empuja a la gente a refugiarse en las tabernas. Solo me ha faltado despertarme con resaca después de dormir leyendo el libro por la noche. ¡Anda que no beben algunos!

El cuerpo lo saca del agua un guardia avisado por unos niños, un tullido que perdió el brazo en la guerra. Y al que le encargan la investigación es un tuberculoso que ya ha superado la fecha de fin marcada por el médico, que todo el tiempo nos tiene en vilo pensando si podrá llegar hasta el final del caso. Una pareja peculiar: Cecil Winge, un intelectual adelantado a su época embebido de los vientos de la ilustración, que quiere escuchar la versión de los condenados frente a Mickel Cardell, un simple hombre llano, un hombre extremadamente flaco frente a un hombretón, ... Ninguno de los dos es policía, me ha resultado curioso que coexistan varios cuerpos de fuerzas del orden.

El cuerpo está mutilado. le han ido cortando las extremidades poco a poco, dejando transcurrir el tiempo necesario entre una amputación y otra para que el cuerpo aguante. le han extraído los ojos y le han cortado la lengua. Pocos datos de partida para descubrir su identidad y poder localizar al culpable.


La segunda parte se desarrolla en Verano. Está redactada en forma epistolar. En unas cartas dirigidas a su hermana que nunca recibirá, nuestro narrador nos cuenta como huyó a la ciudad y acabó viéndose obligado a mutilar el cuerpo. Dos inocentes pilluelos que creían que se iban a comer el mundo serán engullidos por la gran ciudad. Los tiburones se comen a los pececillos...
La estación asociada al sol, la luz, el calor, ... ha conseguido transformarla en una estación yerma, negra, fría.


En la tercera parte estamos en Primavera, la estación que asociamos a la vida, a dejar atrás las inclemencias del invierno. Pero para Ana, nuestra protagonista, no hay clemencia en esta estación. La palabra de un pobre no existe y menos si eres una honrada aunque humilde mujer. ¡Con la Iglesia hemos topado! Y no es la única retratada por la afilada pluma de este escritor. No podía dejar sin recoger la vida -y la muerte en vida- de las condenadas a trabajos en las prisiones de la época.

Y por fin llega el Otoño, la resolución del caso, conocer al instigador del asesinato y sus motivaciones. ¿Se puede crear a un monstruo? ¿Cuánta brutalidad puede soportar un niño?. Me ha gustado el último juego de naipes que ha hecho el autor, ¡me ha sorprendido! ¿Es justa esa nueva oportunidad? Ese arrepentimiento no me ha resultado muy convincente. Y ¿qué diferencia hay entre un juez ejecutor y un convicto cuando uno se toma la justicia por la mano?


Bueno, no sé si lo calificaría como el mejor libro del año -según la academia sueca-, pero tengo que decir que ha cumplido con creces mis expectativas y que a pesar de la crudeza de las escenas retratadas, aún me lo esperaba más duro, jeje. Una muy buena ópera prima. Espero seguir disfrutando de los libros de este autor.

Es un libro de esos que engancha. El estilo narrativo fluje, con capítulos cortos que agilizan el ritmo y te van liando para leer un capítulo más.
La ambientación es muy buena, no solo cuando se desarrolla en Suecia. Describe ese ambiente convulso de finales de siglo en Francia.
En la crítica social no se anda con rodeos, conviertiendo este libro en una buena novela negra donde no solo centra en las miserias de las clases pobres a través de unos personajes bien definidos y que van evolucionando. La corrupción y la depravación de las clases altas también queda recogida.
En varias ocasiones el autor juega con la dualidad a través de los personajes: uno se salva y el otro se hunde. Solo pequeños matices conllevan reacciones y consecuencias dispares. Y a pesar de toda la crudeza contemplada en estas hojas algunos personajes tendrán una nueva vida, una nueva oportunidad.
Lo que menos me ha gustado, ha sido algún hito en la investigación, que no es que esté mal, sino que dentro de todo el garimatias y la "acción" te sorprende un poco que resuelva ese paso para pasar al siguiente. Aunque hay que decir que ningún paso es en balde, cada paso está dirigido hacia algunos de los temas que trata en el libro.


Y como podéis imaginar, ahora..., ¡Me voy a por el siguiente! Espero que 1974 esté a la altura y no tardar mucho en tener disponible el último de la trilogía, que por cierto ya he visto publicado en otros idiomas.

Valoración: 9,5/10
Lectura: diciembre 2021