InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Celia_0504


Celia_0504
16 August 2023

Tengo la costumbre de esperar a leer tres o cuatro obras de un autor determinado para decidir si este podrá compartir lugar en la estantería de autores preferidos junto a otros de la talla de Federico García Lorca o Edith Wharton entre otros varios. Y con este cuarto libro puedo decir que Irène Némirovsky ya ha entrado en este pequeño Olimpo particular. Seguramente que todos los libros que leído de esta autora, nacida en Kiev y cuya lengua materna era prácticamente el Francés, “Dos” haya sido el que menos me haya gustado o me haya aportado algo nuevo. Y aún así le pongo sin ningún tipo de dudas las cinco estrellas sin quitarle ni una sola décima. Némirovsky me ha vuelto a cautivar con una historia sobre el éxtasis del primer amor y la juventud ,y la gris realidad que supone el matrimonio, temas que ya habían aparecido en otros textos suyos que he tenido la oportunidad de leer, donde están trabajados de una manera similar e igualmente impecable.

Marianne tiene 20 años y está enamorada de la vida y de su juventud. Antoine acaba de volver del frente de la Gran Guerra y vive sin ningún tipo de compromiso. Los dos quieren exprimir la vida lo máximo posible y encontrar la felicidad. Entablarán una azarosa relación sentimental que cristalizará en matrimonio. Pero la boda no supondrá el “ y vivieron felices y comieron perdices“, sino el principio de una anodina existencia, con un Antoine volcado en su trabajo mientras mantiene una relación clandestina con Evelyne, su propia cuñada, y con una Marianne que ve que una vez pasado el ardor inicial del amor, la realidad es mucho más dura y prosaica.

Como ya dije en anteriores reseñas, me maravilla la capacidad de Irène Némirovsky para hacer una historia tan compleja y sutil con una economía de medios narrativos. Bajo un titulo corto, simple y conciso subyace una novela bien estructurada y con un argumento bastante anodino y convencional que fluye y funciona perfectamente gracias a la inteligencia narrativa y la habilidad de su autora. Si hay algo que me parece envidiable en la forma de escribir de Némirovsky es que parece que se limita a narrar una serie de hechos, que es simplemente el medio por el que el lector puede saber de ellos. Pero en realidad tiene una voz muy potente y profunda, que se permite reflexionar por medio de sus personajes, con una esencia está en todas partes dentro de la obra. Su prosa es ágil y directa, pero no por ello menos incisiva, tiene una gran capacidad para introducirse en las mentes de sus personajes, para poner nombre y apellidos a todo lo que ellos sienten y piensan a lo largo de la obra. Y lo hace de una forma tan atmosférica que atrapa totalmente al que, consigue que sienta dentro de su piel lo mismo que los personajes.

Se trata de una novela llena de recovecos y matices, donde los detalles hablan con un lenguaje propio. No estamos solo ante el retrato psicológico de los personajes y ante una obra de corte histórico que nos transportara a la época de los Felices Años 20. “Dos” es también una obra de tintes filosóficos, que habla del amor, el matrimonio, la amistad, la búsqueda de la felicidad, la traición, el desengaño y la complicidad. Los personajes de la obra están perfectamente definidos y detallados de una forma directa y clara. Bajo su exterior sencillo y convencional son caracteres que esconden un interior de pasiones soterradas, con una psicología en la que el que dicen en voz alta no es tan importante como los significados que se ocultan tras sus palabras. Incluso los silencios tienen un doble o un triple significado, y acaban revistiéndose de la potencia de un grito que se amplifica para el lector como un eco invisible.

Irène Némirovsky nos transporta al periodo de la Francia de entreguerras, a un mundo ansioso por recuperar la alegría y la ilusión y dejar atrás los desastres de la Gran Guerra, con una juventud que busca desesperadamente recuperar el tiempo perdido e, incluso, las ganas de vivir y la capacidad de olvidar todo lo que les ha tocado vivir Némirovsky recrea una sociedad francesa hipócrita y ensimismada en su propio mundo, cuyos componentes parece que siguen adelante con sus vidas y cumplen con los roles establecidos que se suponen que deben seguir. Los personajes tienen una juventud alocada que parece augurar un futuro feliz y apasionante, y que desemboca en un matrimonio que les llevará a sentar la cabeza con trabajos estables a medida que sus hijos van naciendo y creciendo, paso previo para entrar en una tercera edad, en la cual su único papel es el de mirar con critica lo que las generaciones venideras están haciendo. Que es ni más ni menos que recorrer el mismo camino que ellos ya han seguido. Pero toda esa ruta convencional y trillada está pavimentada de muchos secretos, sentimientos encerrados en lo más hondo y muchas decepciones. Antoine y Marianne se casan sin apenas conocerse realmente, lo suyo tiene los visos de un impulso que va decayendo por su propio peso con el paso del tiempo. Lo cotidiano y la insatisfacción sin los que conseguirán que se vean realmente cuando dejen a un lado el ardor de la juventud, en un lento peregrinar que se siente tan antiguo como la vida misma. Un lento camino en el que los protagonistas, aunque no puedan creérselo, acaban convirtiéndose en lo que sus padres vivieron antes que ellos. Lo que nunca podrían haberse crédito, ni imaginado, que ironía . Esa es otra de las cosas de las que habla en esta novela, de las relaciones familiares, tan intensas y esquivas como lo pueden ser las románticas. Y en este camino el lector les acompañara también, conociéndoles a ellos y a todos los que les rodean de una forma intima y descarnadamente cercana.

El retrato psicológico de todos los personajes es amargo, y la crítica hacia la sociedad entreguerras profundamente ácida. La red de relaciones sociales, familiares y de amistad que se tejen en esta novela es tan embadurnadas con una patina gris, la patina que en el fondo tiene la vida real y que la autora representa con todos sus matices, con la precisión de con la que se hace una autopsia. Porque eso es “Dos”, una crónica sobre el ardor del amor y como este se va apagando lenta e implacablemente, como la vida real no es un cuento de hadas, no el matrimonio la panacea que aporta con su sola presencia de ansiada felicidad. Las familias son microcosmos mucho más complejos de lo que aparentan de cara a la galería, influenciadas y movidas por mil y una corrientes de diversa índole y condición. La amistad es algo no menos frágil, tan cambiante como las mareas. Y todos esos hilos, entre dejen la telaraña por la que se mueven los personajes de la obra y cuya directrices siguen, marcadas exteriormente por lo que se considera que es correcto. Pero que a veces no sirve para contener lo que realmente se desea y quema por dentro. Tal y como decía Aristóteles, los hombres buscan, en primer lugar, hallar la felicidad en sus vidas. Una necesidad que nos puede llevar a coger la ruta rápida, a entregarnos a lo que parece más sencillo, y que en esta novela es una carrera que los personajes recorren con una ansiedad que solo refleja su insatisfacción. Para ellos la felicidad no es un ideal, sino una urgencia. Ese es su drama.

Todo esto son hilos que no bastan, a veces, para camuflar un mundo complejo y a la vez tristemente vacío, cimentado en asuntos que siempre han acompañado al ser humano, lo que hace que esta sea una obra imperecedera, totalmente accesible para el lector moderno. La obra está escrita de una forma que puede resultar devastadora, pero no realmente cruel, ni absolutamente pesimista. El final es bastante pesimista, pero deja un pequeño resquicio para la esperanza. O algo parecido. La dicha nunca es tan simple y bonita como la pintamos en nuestra mente, y no suele ser constante o durarera; la vida no son más que pequeños momentos donde uno la encuentra. Y estos pueden llegar en formas humildes, como una somera sensación de compañerismo o con el llegar a entender o aceptar a quien tienes al lado. Porque al final, la felicidad se parece más a la serenidad que a la pasión. Eso es madurar y aceptar la realidad.
Comentar  Me gusta         106



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(10)ver más