Ylandra. Tiempo de Osadía

De traiciones y profecías
Una profecía ha despertado a la orden de los Addai. Después de asumir que quizá las cosas no se hicieron del todo bien en tiempos pasados, asumen que deben acudir al único que fue capaz de revolucionar el mundo y darle una nueva forma, su enemigo, el representante de aquellos que persiguieron: el maestro Aleyn Somerset. Mientras tanto, en las poblaciones esclavistas de Ylandra se está generando una revolución que cambiará el orden de las cosas más allá de sus fronteras y en medio se encuentra la familia Wellington que deberá sobrevivir a aquello que se gesta en las sombras. Por su parte, la escuela debe dejar atrás el pasado, una nueva maestra, Siara, deberá superarlo y hacer frente al presente.
Con todos estos puntos de vista y voces narrativas nos encontramos con una obra cuya narración roza lo excepcional. A través de capítulos breves, donde la voz la van tomando los diferentes personajes clave de la obra, el narrador nos va metiendo poco a poco en el mundo que ha configurado. Gracias a ello, el lector va entendiendo las sinergias de este mundo de manera pausada pero constante, provocando que en ningún momento la trama o el estilo nos agoten.
Por otro lado, este mundo de fantasía no es un mundo extraño donde no podamos identificarnos con nadie. El autor va combinando esa fantasía con magia y profecías con hechos de nuestra historia más reciente. La esclavitud de las plantaciones americanas, en este caso en una disputa este-oeste; la persecución a los homosexuales, así como sus diferentes condenas; la mirada denigrante hacia la mujer son cuestiones que se tratarán en la novela y que podremos leer con total coherencia dentro de este nuevo mundo. Pero, como decía, esto no dejará de lado los problemas propios de la fantasía, esos que consiguen velar el conflicto de valores bien-deber-mal, así encontraremos la reencarnación de seres místicos, el conflicto entre sectas-escuelas y la amenaza oculta que persigue a todo el mundo de Ylandra.
Magia y actantes
Sin embargo, no todo en la novela será política y mística, aunque es una parte importante y muy muy interesante. También encontremos un nuevo mundo donde la magia presenta un sistema de aprendizaje-enseñanza muy consolidado, que no nos descuadra en ningún momento y que, de igual manera, se integra con nuestra actualidad. No solo retoma lo que ya hemos visto en fantasía de las diferentes disciplinas mágicas, sino que a ellas añade su relación con disciplinas que, si bien son antiguas, hoy en día están «de moda», por decirlo de alguna manera, como puede ser la meditación, el mindfullness, la educación emocional, etc.
Por su parte, quizá lo que más potencia tenga de la novela, o al menos lo que más me ha gustado a mí, son los personajes. Todos están muy bien construidos, desde el esclavo hasta el terrateniente, pasando por los maestros y los desterrados, todos tienen un trasfondo y una personalidad que los convierte en únicos.
Además, cabe destacar que los personajes femeninos merecen especial atención. En gran parte de la obra serán ellas las que lleven la voz cantante, mostrando fortaleza, sabiduría y capacidad de actuación en el mundo. En ellos, veremos cómo el mundo se les viene encima, no consiguen ser libres por culpa del qué dirán y terminan convirtiéndose en marionetas del sistema con problemáticas que se presentan en nuestra realidad (extorsión, alcoholismo, cambio de lealtades, etc.). Por supuesto, no todos son así, ya que al menos al principio serán un maestro de escuela y un addain los que demostrarán su valía.
Un año que promete
Desde luego 2020 no ha sido nuestro año favorito, pero al menos 2021 parece cosas buenas como es la continuación de esta saga. La verdad es que como decía al principio es difícil encontrar una fantasía que te absorba y esta, en mi caso, lo ha conseguido con creces. A ello debemos añadir que está muy bien escrita, con una prosa que nos lleva de la mano de un lado a otro y con una cohesión interna brutal. Vaya, que no tiene ni un pero.
Los personajes son geniales y tienen una profundidad que los hace redondos. Esa media pluma que le falta es porque el final de la novela deja líneas abiertas, por supuesto, pero te deja satisfecho y con ganas de más (normalmente gana más la segunda idea). Creo que por todo esto es una lectura que no solo recomiendo sino que aconsejo encarecidamente. Espero que os guste y que os lancéis al mundo de Ylandra de cabeza.


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