Este libro siempre me causó expectativas. Por la sinopsis, tenía una idea totalmente distinta a lo que terminé leyendo, y eso me ha encantado, porque esperaba una historia concreta, situada en un tiempo específico, pero finalmente es una historia de muchas mujeres, atemporal incluso, porque es una realidad cercana y presente para muchas de nosotras, todavía. Kim Ji-young es su voz y muchas otras. de mujeres que compartieron su historia, incluso por un corto tiempo; de mujeres que configuraron su sentir y expandieron sus ideas o cortaron sus ánimos. Es datos y cifras desde la niña, la joven, la empleada, la madre, la mujer en sociedad.... Y aunque el libro discurre específicamente en Corea del Sur, es curioso notar las similitudes con una sociedad tan lejana como la peruana. Y el cierre del libro, fantástico. Lo justo para terminar de indignarnos. El haber presenciado la vida de una mujer por casi el 98% del libro...para acabar en la palabra salvadora y sabia de un hombre. La nota de la autora al final, nos deja ese sabor de boca esperanzador, capaz de tomar una constante y cambiarla, por las niñas que están y las que vendrán. Por todas las Kim Ji-young y por ti misma. ¡Lectura arrolladora! Se devora rapidísimo y te deja cuestionándote mucho. Me gustaría ver algún documental o reportaje sobre el efecto que tuvo la publicación del libro, en su país de origen. |