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Amé el libro, desde el principio hasta el final. La pluma de la autora es ágil y ligera, te atrapa desde las primeras páginas, en ningún momento lo sentí aburrido. A pesar de que amé el libro, hubo momentos en los que estaba como: no puedo creer que esto esté pasando 😮😮; porque había situaciones en las que a las mujeres se les hacía a un lado y no se les tomaba en cuenta, la sociedad coreana no veía a las mujeres como sus iguales, sino como alguien inferior a los hombres. Por eso, muchas mujeres eran obligadas a dejar sus estudios y trabajar para pagar los estudios de sus hermanos varones, porque el hombre es quien cuidaría a los padres. La cultura machista de la sociedad, estaba tan arraigada que hasta las mujeres mayores de edad seguían promoviendo estas prácticas. Conforme el libro va avanzando, podemos ver cómo la sociedad va cambiando poco a poco, hasta que las mujeres empiezan a ser tomadas en cuenta, pero aún sigue habiendo situaciones en las que el hombre se siente superior a las mujeres. Me encantó el personaje de Kim Ji-Young, porque se nota que es una mujer como cualquier otra, que ha vivido una vida muy similar a las demás mujeres y que tuvo que dejar sus sueños para ser madre, tuvo que abandonar muchas cosas en su vida solo porque la sociedad no veía con buenos ojos que una mujer decidiera elegir su vida por encima de la de un hombre. Puedo escribir muchas situaciones que me sorprendieron pero creo que nunca acabaría. Lo más impactante de todo, fue saber que estás actitudes apenas están cambiando, porque el libro transcurre desde 1982 hasta el 2014, creo. Les recomiendo mucho este libro, estoy segura que les gustará mucho y los hará pensar sobre estas situaciones muy comunes. Es un libro corto y ligero pero muy impactante. |
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