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Un libro que ha introducido una palabra nueva en el diccionario.Solo con eso se puede hacer una idea de la influencia que ha tenido en la literatura.La trama principal es conocida por todos, un cuarentón europeo, culto, snob, profesor de literatura, se obsesiona por una niña de 12 años. Para conseguir sus objetivos, no duda en casarse con su madre y convertirse en su tutor legal cuando ésta muere en un extraño accidente.Historia difícil de leer, tanto por la temática como por la prosa rebuscada y culta de Nabokov. Es una obra maestra, muy bien escrita, rebosante de cinismo, ironía y trampas para el lector.La trampa más importante es que todo el libro es un ejercicio de meta literatura, un libro dentro de un libro. Nabokov tiene la genial idea de presentarnos todo como la versión del protagonista. Él no se moja, no toma partido , todo es una autobiografía donde Humbert Humbert nos cuenta lo que quiere o lo que recuerda y eso es lo más perturbador del libro, ya que nos olvidamos que todo lo que se cuenta es SU versión de los hechos, ¿Por qué debemos darla por cierta?, pero lo cierto es que nos hacemos seguidores de ese personaje, oculto tras un pseudónimo. El libro se puede dividir en tres partes.En la primera, para mí la mejor del libro, un Humbert lúcido, cínico y tremendamente irónico, nos cuenta su vida y como conoció a Lolita, una niña de tan solo 12 años .Sabemos que Humbert es un pedófilo, el mismo nos lo cuenta, con naturalidad, lo justifica y pretende hacernos partícipes de ello, haciéndonos ver que la niña es consciente de no ser tan niña, pero debemos recordar siempre que estamos leyendo su versión de los hechos.El cinismo e ironía con la que escribe esta parte nos hace tomar simpatía, aunque no queramos, por él. Y aquí NAbokov despliega toda su cultura y refinamiento europeo con unos giros de lenguaje geniales.La segunda parte, quizás la más repetitiva, narra el viaje/huida con Lolita, una road movie por la América profunda. Aquí ya empezamos a atisbar que Humbert tiene más problemas aparte de la pedofilia. Pierde el control férreo con el que mantuvo engañado a todo el mundo, se deja llevar, en el fondo es manejado por esa niña que no es tan inocente como parecía a la vez que consuma la aberración de secuestrarla y violarla repetidamente. El relato empieza a perder coherencia, el autor (Humbert, recordemos) adelanta acontecimientos, vuelve atrás, empieza a verse que la obsesión por Lolita es algo más que una aberración sexual.La tercera parte, la decepción, la búsqueda de la niña perdida, el comprender que pasó y finalmente el climax final. Es la caída en los infiernos de Humbert, su decadencia física y mental, sabemos que es un paranoico, esquizofrénico, abusa de las drogas y el alcohol (no nos lo dice claramente, lo debemos ver nosotros) hasta que finalmente encuentra a la niña, que ya no lo es, que ha envejecido prematuramente y ésta le rechaza. Eso es el punto final para Humbert, que emprende la última misión que desemboca en un violento y estilizado climax final, largo y desagradable y una de las mejores escenas de la novela.Curiosamente, es solo al final, cuando más perturbado está el protagonista, cuando realmente toma conciencia del daño que hizo, cuando quiere redimirse de haberle robado la vida a una niña, cuando se da cuenta de que realmente está enamorado de ella, pero ya es tarde, muy tarde, lo único que puede hacer ya, es vengarse en su nombre de quien verdaderamente le hizo más daño, de quien realmente ella llego a estar enamorada. Humbert toma conciencia de su maldad pero también de su papel secundario en la historia, de que pese a su prepotencia snob y culta, él no era realmente nadie para Lolita.
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