"El espectáculo que ofrecía la ciudad era desesperanzador. Frágiles ataúdes se amontonaban en las veredas a la espera de alguno de los carros de recolección de difuntos que circulaban por las calles. En pocos días, el precio de los féretros se triplicó." Buenos Aires, 1871. La epidemia de fiebre amarilla castiga a la población dejando un reguero de cadáveres imposible de procesar. Tres historias se suceden en ese contexto. Primero, la de un cura llamado a darle la extremaunción a un hombre que arrastra una historia turbia ocurrida en un fortín del sur durante el rosismo. Luego, dos ladrones de ataúdes que trabajan para un ebanista se topan con una niña que los somete a su servicio. Finalmente, un joven se emplea como aprendiz de un fotógrafo que retrata a los difuntos a pedido de las familias, pero con sus propios designios ocultos. En tres nouvelles escritas con una pluma sublime, Muzzio hace entrar a sus protagonistas en contacto con el mundo de las "esferas invisibles", creadas, según Melville, "en el terror". Demonios, fantasmas y vampiros circulan por las calles de Buenos Aires y por las páginas de la historia, introduciendo en el horror medible y constatable de la epidemia, la guerra, la conquista y la indigencia otro horror menos visible que lo complementa y agudiza. Es destacable la investigación histórica que sustenta la novela y que me hizo interrumpir la lectura para googlear nombres antiguos de calles y cementerios, viejos fortines de la provincia de Buenos Aires, y técnicas fotográficas del siglo XIX. Sin embargo, no hace falta hacer eso para sumergirse en el mundo que nos propone Muzzio, en los recovecos más oscuros de la historia argentina: aquellos que no figuran en monumentos ni en himnos escolares porque preferimos olvidarlos y no enfrentar el hecho de que nuestra nación se fundó también sobre un reguero de sangre. Recomiendo enfáticamente esta lectura, cuya calidad literaria está decididamente a la altura de su propuesta temática y genérica. + Leer más |