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Llevaba queriendo leer la historia de Stephen desde que apareció por primera vez en el primer libro. Es un personaje que ha ido evolucionando lentamente a lo largo de los dos primeros libros como personaje secundario hasta llevarlo a la situación en la que comienza este libro: saliendo de rehabilitación tras aceptar que tiene un problema con el alcohol. Es un personaje con mucho encanto y por ello tenía unas ganas locas de ponerme con su historia y lo cierto es que la he disfrutado mucho, pero... Pero. Algo ha fallado. Algo ha faltado. Química. Esto es algo que no me ha pasado con los primeros libros de la saga, por lo que sé que no cosa de la autora (y es que nos guste o no algunos escritores son muy buenos en lo que es la creación de historias pero les cuesta transmitir la parte emocional). Me encantó la historia de Cassie y Trey, y casi más las de Aileen y Killian, pero sobre todo me encantó verlos juntos. Tenían química, chispa, encajaban juntos. Si bien Stephen y Mags me han gustado como personajes, no me encajaban como pareja. ¿Me explico? El comienzo de su historia es muy interesante. Cuando Stephen sale de rehabilitación, los entrenadores le exigen que contrate a alguien que le eche un ojo y se asegure de que no recaiga, y entre una cosa y otra, nuestro chico acaba en una falsa relación con la chica que se encarga de las tareas del hogar en su casa: Margaret. La mejor parte de todo esto es que se conocían de antes, no tanto como para ser amigos pero lo suficiente como para que su relación se desarrolle con diálogos divertidos y un tira y afloja bastante agradable que nos evita un comienzo de su realción denso y lento. Las cosas entre ellos van bien y a un ritmo agradable, pero no llego a tener claro en qué memomento se enamoran, no hay nada que me haga pensar, "ay, es que son perfectos el uno para el otro". Ni recapitulando caigo en ese momento en el que la dinámica entre ambos cambia lo suficiente como para justificar el paso de amigos a enamorados... y tampoco es que deje una sensación desagradable, porque todo pasa como si tal cosa... pero tampoco me ha dejado a gusto. Y este es el mayor problema de esta tercera entrega: es una buena historia con personajes agradables con buenas tramas, pero algo no termina de cuajar en esta mezcla y el resultado, si bien comestible, no es impresionante. No necesito comprobar la sinopsis del tercer libro para saber que Josiah y Anya serán los siguientes protagonistas. Parece ser que hay algo entre estos dos que aún no nos ha sido desvelado y admito que me intriga, aunque debo confesar que Anya no es un personaje que me atraiga sobremanera... Probablemente me esté precipitando y en cuanto comience el cuarto libro me enamore de ella, pero ahora mismo, no me llama. + Leer más |