La dependienta

No creo que fuera la intención de la autora que reconociéramos en el personaje protagonista ninguna patología ni trastorno concretos. Pero durante la lectura vamos viendo que Keiko claramente no es una persona estándar. Y como la sociedad es tan cabezota, no pasa un día sin que algo haga que ella lo perciba. En ese proceso de adaptación a la situación busca seguridades, hace cosas que sabe que “encajan” para contentar a su entorno.
He leído reseñas en las que se ha querido ver cierto tono hilarante en este texto. Yo no lo he percibido, la verdad. Quizá porque la realidad de la diferencia no me es ajena. Creo que en esta novela se pueden ver reflejadas muchas personas que, por sus capacidades, su forma de ser, sus objetivos o sus patologías, tienen dificultades para ser lo que la sociedad quiere que sean. Es una reflexión sobre los estereotipos, lo que es normal y lo que no, y de lo que perdemos al tratar de serlo. A mí, personalmente me ha encantado. Creo que es muy recomendable.