La perspectiva que nos presenta Keiko, una joven de 36 años dependienta en un konbini, es una crítica de los estándares de la sociedad tan normalizados en la cultura japonesa. Indiferente con todo el mundo menos con su trabajo, Keiko vive por y para la tienda y ella hace que tú sientas lo mismo que ella siente a través de sus sonidos característicos y su entorno. Para mí, tiene una personalidad singular, muy diferente al resto por lo que el lector puede llegar a quererla o no. Me parece una lectura muy indicada para comprender la cultura nipona y llegar a entender de qué manera intenta "encajar" nuestra protagonista. |