Creo que ya ha quedado claro que la literatura de Murakami es tan especial e inigualable que, o bien te encanta o bien te disgusta. En mi caso, me declaro fan incondicional del autor japonés, si bien este libro no me ha llegado tanto como otros suyos. Toru Watanabe comienza a recordar algunos hechos importantes del pasado gracias a una simple canción. Su mejor amigo y su novia, el suicidio del primero y el cambio radical de la segunda... Este es un libro oscuro, en el que la tristeza y la soledad son las verdaderas protagonistas, con unos personajes muy bien construidos, muy humanos. Los temas que trata el libro hacen reflexionar al lector sobre la muerte, la amistad, el amor... y de alguna manera, a través de estas reflexiones, uno se da cuenta de que todos en algún momento podemos explotar, podemos sufrir un cambio irreversible en nuestros corazones. Quizá lo que no me ha terminado de encajar haya sido la escasez de ese punto sutil, a veces traslúcido, entre la fantasía y la realidad, que el autor siempre usa para impregnar de misterio sus obras. No obstante, me ha parecido una buena lectura, de esas que no sabes muy bien cómo encajar al principio pero que poco a poco van cobrando sentido. |