Se me complica decir el porque lo deje de lado por un tiempo... No era el mejor momento para leerlo, quizá. No me aburrió, simplemente no entendía a donde quiere llegar Murakami, y eso me desconcierta un poco. El libro en sí, es buenísimo tiene un amplio contenido, un lenguaje impecable y culto. Es una buena historia, al retomarlo nuevamente sentí que fue en el momento adecuado, y se me hizo muy placentero, sobre todo mientras leía, escuchaba a Vivaldi, Beethoven o Chopin, entre otros... Y de verdad, que relajo! Sentí que lo disfrute y me concentre más. Me gusto la personalidad del protagonista y como Murakami poco a poco nos muestra el crecimiento de éste tras su separación, su forma de afrontarlo, como empieza a llegar gente nueva a su vida... Nuestro querido protagonista es muy reflexivo, y también hace que uno reflexioné sobre la identidad, los afectos, y las experiencias místicas. Aún no comprendo a donde quiere llegar del todo, pero no me quedaré así, iré por el segundo, quiero saber que quería expresar Tomohiko Amada con el cuadro del comendador, y el propósito de la aparición de éste. |