Harrow la Novena

Ya he comentado en varias ocasiones que Cujo de Stephen King ha sido mi gran sorpresa de este año, pero a Gideon la novena también se le podría considerar así de una forma totalmente distinta por lo que supongo que a nadie le extrañará que casi de inmediato empezáramos con la lectura del segundo libro, Harrow la novena, cuya historia empieza justo en el punto donde

Harrow, última nigromante de la novena casa, ha pasado a formar parte de las filas de lictores del Dios Imperecedero, algo a lo que le costará adaptarse en parte por culpa de su espada, que le causa náuseas, y su mente, que parece traicionarla constantemente. Oh, y seguramente que alguien esté intentando matarla también puede llegar a ser un problema.

Tamsyn Muir en esta ocasión nos entrelaza dos historias que en apariencia no tienen mucho que ver: por un lado tenemos el presente narrado en segunda persona del singular en el que Harrow intenta adaptarse a su nueva situación pese a los escollos y en el que deberá buscar los aliados más inesperados.
La segunda trama nos devuelve al pasado, donde revivimos algunos sucesos ocurridos en la Morada Canaán o al menos eso parece en un principio, porque pronto nos empezamos a dar cuenta de que hay cosas que no cuadran por lo que está claro que la autora está intentando jugar con nosotros, tejiendo un nuevo puzle que, a medida que avanzamos, tenemos más dudas de ser capaces de resolverlo.

A ver como os explico yo esto, porque tiene tela. La forma de narrar de Muir consigue que quieras seguir leyendo y teorizando pese a no estar enterándote de nada. Se le da realmente bien ir soltando las miguitas de pan justas y necesarias para picar al lector, para que este intente descubrir qué es lo que está ocurriendo en realidad. Aún y así, durante los dos primeros tercios del libro me estuve preguntando si realmente iba a haber dos estrellas de diferencia entre el primer libro y este, no podía creer que realmente la autora alargara la incógnita hasta el punto de llegar a preguntarme si en algún momento iba a resolver algo o todo quedaría en el aire. Dudas infundadas porque os aseguro que el último tercio es TAN BRUTAL que merece la pena el camino.

Reconozco que estoy sorprendida porque, pese a no estar entendiendo nada, en ningún momento se me pasó por la cabeza abandonar el libro y eso ya dice mucho de la forma de escribir de la autora. Es un verdadero placer caer entre sus redes, incluso cuando decidí hacer un reset y seguir leyendo esta historia como si fuera totalmente independiente de Gideon pues a medida que avanzas menos cosas tienen sentido... hasta que la autora empieza a juntar los cachitos y de golpe y porrazo lo tiene.
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