Cien años de soledad

La primera vez que intenté leerla la abandoné porque no era mi momento. Me ha costado algún tiempo asumir el rubor por eso.

Hoy, después de muchas lecturas, casi no puedo creer que esto llegara sucederme.

Pero indudablemente ¨Cien años de Soledad¨, a pesar de la aparente sencillez con la que está escrita y que es solo una ilusión, es una obra para cuando has cruzado el umbral hacia un mínimo de madurez intelectual.

Tras la historia de los Buendía, una familia variopinta y llena de rarezas, se oculta si te fijas bien la historia de la humanidad.

Algunos la comparan con la Biblia y podría tener cierto sentido, aunque no para mí.

La historia comienza con el patriarca, José Arcadio Buendía, y su mujer y prima Úrsula, que llegan con otras familias a fundar el pueblo (Macondo "una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto") y continúa hasta Aureliano Babilonia, seis generaciones después.

Es, qué duda cabe, uno de los comienzos más perfectos de la literatura universal, quizás solo comparable al inicio también magistral de ¨Crónica de una muerte anunciada¨.

No me resisto a ponerlo aquí porque si la has leído la disfrutarás de nuevo y si no la has leído querrás empezar ahora mismo.

Así comienza la historia:

«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo»


A partir de allí, y a través de cada una de las escenas durante casi 500 páginas, si tomas perspectiva y te dispones a una lectura ambiciosa, puedes descubrir entre otras cosas las diferentes sensibilidades de hombres y mujeres (los hombres con un destino más lineal, por ejemplo, y las mujeres con destinos circulares) y la búsqueda de cada uno, que aunque con diferentes atavíos, no deja de ser la misma; la búsqueda de un mínimo de significado, reconocimiento y realización personal, o lo que de una forma más vulgar se suele llamar ¨felicidad¨.

Aunque sea una obra que cuesta creer que alguien no haya leído, prefiero evitar cualquier tipo de spoiler por si alguien, como yo en su día, hubiera postergado su lectura hasta hoy por cualquier motivo todos completamente aceptables.

Como reseñadora inexperta quiero advertirte que durante su lectura, Macondo (una clara metáfora de América Latina, pero también del mundo occidental) te envuelve y se convierte en un mundo paralelo desde donde te resulta más sencillo comprender la vida... y en la que de algún modo terminas sintiendo que formas parte de la vida de los personajes. O ellos de la tuya.

Si sientes esto en realidad no te equivocas, porque pienso que realmente es así.

Los Buendía sueñan, sufren, se decepcionan, se vuelven a ilusionar... igual que tú.
Pasan por todo una y mil veces, como la vida misma, algunos se rinden y algunos (con una ingenuidad que casi duele) nunca se rinden. Y por supuesto una cierta decadencia implacable les va tomando a medida que el cansancio y la muerte les alcanza subrepticia y/o implacablemente.

Aunque el realismo mágico está presente en toda la obra, y siempre se hace mucho hincapié en él, yo afirmo que esta es también una obra costumbrista que deja de entrever de una forma inteligente y elegante la manera peculiar de ver el mundo de los criollos de latinoamérica.

Cada escena tiene un mensaje oculto que harías bien en pretender desentrañar, como dije antes, pero sin embargo no quiero dejar de subrayar que ¨Cien Años de Soledad¨ es también una obra profundamente sociopolítica.

Te sumergirás acontecimientos como La Masacre de las Bananeras, La Guerra de los Mil Días, o la rivalidad entre Liberales y Conservadores, episodios reales que en algunos casos García Márquez (como él mismo explicó en muchas ocasiones) redimensionó para que encajara según los requerimientos de la novela.

En La Guerra entre Liberales y Conservadores, por ejemplo, acompañamos al Coronel Aureliano Buendía (jefe de los liberales) en su profunda decepción al darse cuenta de que realmente la única lucha real que está sucediendo es por el poder, un descubrimiento que lo hunde en una profunda depresión.

Algo especialmente reseñable es que te darás cuenta de que la herencia de Úrsula y José Arcadio se transmite a través de los nombres y de los conflictos interiores no resueltos.

Para finalizar solo quiero pedirte que no cometas el error de creer que existen personajes de apoyo que son intrascendentes, porque no los hay.

Y presta especial atención al gitano Melquíades porque tiene mucho que decir sobre toda la obra.

Ahora me despido aportándote mi opinión personal:

Cien años de soledad no solo cuenta una historia sino que se entrelaza con la realidad de un lector abierto y sensible. Si permaneces abierta, te proporcionará a través de su lectura una experiencia de vida, como un atajo, para enfocar tu propia vida con una perspectiva diferente.

Espero que la leas pronto.