La condesa sangrienta

Hollywood se come a las mujeres guapas y luego escupe sus huesos.

Comparto nombre con la señora que en la mitología griega abrió una caja y soltó al mal en el mundo.

Spektor me había parecido raro, cierto, pero tampoco había viajado mucho. ¿Quién era yo para juzgar lo que era extraño tras haber crecido en un pueblo como Gretchenville? Sí, teníamos nuestra buena cantidad de muertes raras y de escándalos, incluso un niño secuestrado por un pedófilo.
Con semejantes monstruos por ahí, ¿tanto costaba creer en vampiros?, ¿En fantasmas?.

¿Estaría confirmando mi tía abuela que todas las imaginaciones de mi vida eran reales? Durante diecinueve años me habían dicho que era rara, diferente, antinatural y que estaba equivocada. Tenía una imaginación portentosa.

Tuve que recordarme que tenía una imaginación portentosa y que dicha clase de imaginación no tenía cabida en el trabajo.

El asunto es que o bien tengo una imaginación portentosa, o bien veo cosas que los demás no pueden ver.