A flor de piel

Puedo asegurar que éste ha sido todo un viaje a principios del siglo XIX, cuando la pobreza, la hambruna y la enfermedad asolaban, no sólo España, sino también extenderla por América y Asia.
El 30 de noviembre de 1803 partió “La real expedición Filantrópica” en forma de barco con 22 niños de varias inclusas, junto con médicos y enfermeros además de Isabel Zendal, para llevar y compartir el tesoro más importante de todos: la salud. Llevaban en sus venas la vacuna de la varicela, que por entonces mataba o dejaba lisiados a ricos y pobres sin distinción.
La trama no deja de ser apasionante, al contar no sólo la parte de la protagonista, sino también la de los dos médicos que lo hicieron posible, Balmis y Salvany. Está muy bien escrito e increíblemente documentado, con fechas, lugares y una bibliografía que me han dejado con la boca abierta y que me han hecho querer conocer más.
No es una lectura cómoda, porque hay mucha enfermedad y mucha miseria que se ceba en los más humildes. Como siempre, la lucha más descarnada no es contra la enfermedad, sino contra los políticos, que ponen trabas y quieren ser los protagonistas de todo lo bueno, pero se apartan los primeros cuando ven dificultades.
Una novela que no hubiera leído en mi vida, pero que he buscado para cumplir un retos de lectura. ¡Muchas gracias por llevarme a descubrir estas cosas! Os aconsejo su lectura a todo aquel que le guste leer sobre historia o sobre medicina, o tenga curiosidad por saber cómo la humanidad se ha librado antes de otras epidemias.