Si me dijeras que sí

Ellos fueron los culpables de que abriera los ojos y me diera cuenta de que mi historia es solo mi historia, que soy yo quien la escribe y que no dependo de nadie más que de mí para que eso ocurra.

Dos jóvenes que se tenían ganas, que se empezaban a querer sin saberlo y que preferían dejarle al tiempo la responsabilidad de etiquetar lo que eran y lo que serían.

Hay «te quieros» que lo valen todo y «te quieros» que no valen nada, «te quieros» que se escapan de la boca fácilmente y «te quieros» que no salen nunca.

No te martirices porque ahora las cosas no te salen como quieres. Si una cosa no te gusta, busca otra. Si la vida te da un palo, devuélveselo. Pero no te estanques. No te estanques como me he estancado yo. A mí me ha costado abrir los ojos, pero ahora, depués de mucho tiempo, no tengo miedo de tomar mis propias decisiones, vengan las consecuencias que vengan.