Invisible

Hay libros que deberían ser lectura obligatoria ya no sólo en los colegios si no en la vida en general y, para mí, Invisible es uno de ellos. Todos sabemos lo que es el acoso escolar, el daño y las heridas emocionales que causa, sobre todo en edad temprana. Entonces, ¿por qué seguimos mirando hacia otro lado? ¿Por qué no le hacemos caso hasta que nos afecta de forma personal?

Eloy Moreno nos invita a reflexionar en una historia que nos mantendrá con el corazón en un puño, haciendo que nos llevemos las manos a la cabeza por lo que leemos. ¿Lo más fuerte? No es nada nuevo, nada que no hayamos visto en nuestro día a día, nada que muchos no hayan sufrido, nada de lo que no hayamos oído hablar en las noticias.

En un principio me descolocó un poco la forma en la que está narrado, me pareció original e interesante, pero tuve que acostumbrarme a ella. Me gustó que veamos diferentes puntos de vista durante la historia: el del acosador, el del acosado, el de los amigos de la víctima y el de una profesora. Todos ellos se alternan para darnos una visión más amplia del suceso, te mantienen en tensión por saber qué fue lo que pasó realmente. Y es que es un libro que una vez empiezas engancha y es difícil de soltar, pero todo ese torbellino de emociones culmina en un final que a mí me ha sabido a poco.

Esa es mi única pega: el desenlace. Creo que esta historia pedía algo menos abrupto, que nos explicaran un poco qué pasó después, que nos dieran un poquito de esperanza después de tanto sufrimiento.

¿Lo recomiendo? Encarecidamente. No nos va a descubrir nada nuevo, pero de vez en cuando necesitamos que nos recuerden la fealdad del mundo para que empecemos a despertar y a darnos cuenta que si no somos la solución es porque somos parte del problema.

Nadie debería sentirse nunca invisible, ni desear que ese fuera su superpoder.