Invisible

Es difícil que un libro me haga llorar o me conmueva hasta el punto de tener que parar, coger aire y calmar la tormenta que se empieza a formar dentro de mi.
Este lo ha conseguido.
Pero no sólo al final.
De principio a fin.
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Creo que es sabido por todos qué historia se esconde entre sus páginas o, al menos, el tema que trata.
Pero la magia que crea Eloy no es la historia. Por desgracia, esa la ves en cada instituto del país.
La magia la crea en cómo narra esa historia.
Cómo te conviertes en el protagonista y, a la vez, en un mero espectador que no puede hacer nada.
Y, entonces, te consume la rabia por no poder actuar, por no poder ayudar.
Y ahora llega la frustración y la desesperanza. Por ver que esto se repite.
Y no sólo en institutos con adolescentes.
Pero, al final, vuelve la esperanza.
Cuando se despierta el dragón.
Cuando te insufla su aliento.
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En varias ocasiones me he encontrado apretando la mandíbula, leyendo con rabia.
Me parece que no deberían existir libros así. Pero porque no deberían existir este tipo de situaciones.
Porque se ha perdido el rumbo, el norte.
¿Se necesita hacer del mejor alguien peor para sentir que eres alguien?
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Creo que reseñar este libro es muy difícil porque podría escribir y escribir y escribir.
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No voy a decir más.
LEERLO