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Maravilloso. El libro trata de una manera sencilla pero sublime un tema tan importante con el bullying, pero va más allá, ya que también lanza una clara reflexión a la sociedad donde nos encontramos. A través de nuestro protagonista, veremos que el acoso empieza de forma casual en la mayoría de ocasiones. En palabras textuales, “Y ese detalle también pudo haberlo cambiado todo”. Un pequeño detalle puede comenzar en un peligroso caso de acoso. Pero si hay algo que me encanta del libro, es ver el punto de vista de las personas de alrededor. Por un lado, de los amigos y compañeros, que no hacen nada para evitarlo. Dice el libro, “Es entonces cuando se da cuenta de que para ser un monstruo no es necesario hacer algo especial, a veces basta con no hacer absolutamente nada” y “Es curioso que nadie se pregunta – ni niños ni adultos – por qué durante el minuto que dura el vídeo nadie sale en su ayuda; que nadie vea extraño el hecho de que hay al menos una persona que podría ayudarle, la misma que sostiene la cámara… es curioso y triste…”. Poco que añadir. Y por otro el lado del acosador, que siempre suele tener un problema interno detrás y que actúa en muchas ocasiones así, porque el resto de la gente le hace sentir importante, le aplaude y le dan ese “cariño” que nunca recibió. Tema del que podría hablar horas, pero el sistema educativo necesita gente que queramos que nuestros alumnos sean felices. Que el éxito del año sea haber sacado el mayor número de sonrisas a cada alumno, descubrir sus miedos y enfrentarlos, y que hayan tenido grandes experiencias entre los compañeros. Ese será el éxito del sistema educativo. Hasta entonces: “LO QUE NO ME TOQUE A MI, ESO NO ES PROBLEMA MÍO, nuestra filosofía de vida. |
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