Gótico

Los cuentos de hadas no existen, o mejor dicho, no como nos hizo creer Walt Disney. Los cuentos muestran nuestros temores, nos inspiran, nos advierten del peligro de confiar en los desconocidos... pero desde luego no son inocentes historias para niños. Esta historia es en cierta forma un cuento de Hadas gótico.
Bien podría haber sido escrita hace más de un siglo, con la salvedad de la tensión sexual algo más concreta que en textos de época.
Empieza suavemente, crees que será sutil, levemente gótica, tal vez romántica. Pero no puede definirse como una lectura ligera. Cuanto más avanzas por el siniestro y ruinoso caserón de estilo victoriano, más atrapado estás por su atmósfera y su pasado. La oscuridad te llama, atrapa y rodea. El relato es onírico, embriagador, alucinógeno.
Esa familia es igual que una plaga invasora, lo devoran todo a su paso. Ubicados en medio de la nada de Méjico, siguen comportándose como si habitaran en Inglaterra (no hablan ni una palabra de español).
Ese caserón mohoso, siniestro y empobrecido es descrito de tal forma que cobra vida ante tus ojos, diría que es el verdadero protagonista: absorbe luz, vida, personajes e incluso lectores tal y como lo haría un Agujero negro.

Parece un libro escrito a seis manos por Poe, Lovecraft y Guillermo del Toro en plena efervescencia de drogas y alcohol.
Quieres saber si me gustó el libro? Pues sí, pero sobretodo lo he sufrido, cautivada por un hechizo del que no era capaz de escapar.