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Una obra teatral con un escenario sobrecogedor y aterrador, con unos personajes auténticos y con una idea de fondo que prevalece aún después de cerrar el libro. No me esperaba para nada lo que me he encontrado, a pesar de haber escuchado hablar sobre este cómic en varias ocasiones. El personaje principal es tan enigmático que, casi sin hablar, te atrae irremediablemente su elegancia, sus maneras, sus ideales... Conectas automáticamente con todo lo que representa, estás de su parte ante la lucha que se presenta. Me ha gustado mucho como se categorizan a los entes y personajes que mueven los hilos en un gobierno autocrático. Se encuentran divididos según su rol dentro del poder, en partes del cuerpo. Así, el dedo es el grupo que se encarga de ejecutar mientras que la cabeza es el grupo que dirige...y así... Se deja ver a lo largo de todo el cómic, reminiscencias de las historias de George Orwell. Es una distopía en la que veremos políticas fascistas por dónde miremos, un pueblo reprimido y oprimido que no concibe vivir de otra forma y un Guy Fawkes resucitado como imagen de la revolución y del cambio. |
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