Ana, la de Tejas Verdes. Ana, la de la Isla

Duomo nos trae una nueva entrega de la colección "Ana, la de Tejas Verdes", escrita por Lucy Maud Montgomery. Ya son 3 títulos los que está editorial ha recuperado: "Ana, la de Tejas Verdes", "Ana, la de Avonlea" y "Ana, la de la isla". Gracias a estas reediciones, la historia puede llegar a las nuevas generaciones de lectores, y también hace posible que los lectores de más edad que hayan conocido a Ana Shirley en el pasado puedan volver a disfrutar de sus aventuras.

"Ana, la de Tejas Verdes", escrito por Lucy Maud Montgomery, se inició en 1908, y abarca la vida de Ana Shirley desde los 11 años hasta los 53 años. En esta tercera parte, "Ana, la de la isla", retomamos la historia a los 18 años de Ana, y justo a punto de entrar en la universidad de Redmond. El lector vivirá junto a Ana sus años de estudio, sus alegrías, sueños, romances, y como no, también sus problemas, ya que en ocasiones, parece que Ana tienen un imán para atraerlos.

Aunque "Ana, la de Tejas Verdes", es una historia infantil-juvenil, es apta para todas las edades.

Lucy Maud Montgomery nos traslada a Isla Príncipe Eduardo, en Canadá. Una época con coches de caballos, granjas dispersas, con una vida tranquila y rutinaria. Avonlea es el pueblo o aldea que la autora inventó para situar Tejas Verdes. No existe como tal, aunque se podría decir que es el alter ego de la aldea de Cavendish. Lo que sí existe es Tejas Verdes, ya que además la autora pasó parte de la infancia en dicha casa de campo. Allí se inspiró para el escenario de su famosa serie, "Ana, la de Tejas Verdes".

Con los títulos de las novelas, "Ana, la de Tejas Verdes", "Ana, la de Avonlea" y "Ana, la de la isla", el lector se dará cuenta de que va habiendo una evolución en la vida de Ana, y cada etapa, unida al libro, se diferencia de algo, que está ligado al título. En este caso, se podría decir que a pesar de sus grandes sueños, sus ganas de ir a la universidad y de ver mundo, Ana siempre será de su querida Isla Príncipe Eduardo.

Ana Shirley ya no es la niña alocada que llegó a Tejas Verdes. En esta entrega Ana sorprenderá al lector por su gran madurez y sus razonamientos sobre el amor, la amistad o la vida, aunque sigue teniendo esa aura parlanchina y soñadora que encandiló al lector desde el primer momento. En contraposición a Ana, los mellizos Davy y Dora que llegaron a Tejas Verdes en la anterior entrega aportarán ese punto de locura e inocencia que nos recordará tanto a la niña que fue Ana, sobre todo el pequeño Davy, experto en meterse en problemas.

"Ana, la de Tejas Verdes 3. Ana, la de la isla" se centra en la vida de Ana en la universidad, la amistad que entabla con otras alumnas, su independencia a la hora de vivir en una casa con otras amigas, y también sus romances y las propuestas de matrimonio tan divertidas que recibe. Así mismo, el lector irá viendo la evolución de todos los personajes, ese cambio de niñas a adultas, que implica el matrimonio, formar una familia y tener hijos, situación que Ana vivirá de cerca gracias a su amiga Diana.

Me gustaría destacar un personaje que me ha recordado mucho a Ana, por su forma de expresarse: Phil, que además es del mismo pueblo en el que nació Ana. Para mí, Phil y Ana se parecen mucho, sobre todo a la hora de expresarse, ya que ambas tienen el toque parlanchín y de locura que anima la novela. Además, esa vuelta de Ana a su hogar, gracias a Phil, me ha emocionado.

"Ana, la de Tejas Verdes 3. Ana, la de la isla" es una lectura entrañable y divertida, que hará recuperar al lector al niño que habita en cada uno de nosotros, esa inocencia infantil y la parte enamoradiza que acompaña a una edad más adulta.
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