Freis. Aullido

París, ciudad de…
Freis acaba de terminar una misión con éxito, desde luego que se merece una celebración de fin de año de las que le gustan a él: fiesta, alguna mujer… Pero no podía ser tan fácil, Nikférat, Nik para los conocidos, va a sacarle de la oreja del local en el que está. Ha habido un atentado en París esa misma noche y las cosas no parecen que sean del todo «normales». Tiene que ir a investigar y evitar que los humanos se enteren de la existencia de esos seres. ¡Pero él está de fiesta!
Así comienza nuestra historia que nos presenta a un protagonista «terrible» por egoísta y despreocupado, pero que pronto reacciona ante la realidad de lo que se le viene encima. Tenemos por tanto ya al antihéroe que se hará héroe no por sus facultades morales (que ya os digo yo que Freis en eso regular) sino por su propio interés.
Así, Freis acude con la bruja Nann a París y comienza una historia de investigación donde se mezcla nuestra realidad contemporánea con los mitos y las leyendas más antiguos: los licántropos. Y es que todos sabemos que París, además de la ciudad del amor, siempre ha tenido debilidad por los chuchines grandes.
Un mundo conocido
De las cosas que más estoy disfrutando con este tipo de novelas es el desenvolverme en un mundo conocido donde las coordenadas son las mismas que en mi día a día, pero a las que se les añade ese punto de extrañeza que siempre nos sobreviene.
En ese contexto se nos presenta una novela de investigación donde tenemos que encontrar el Orbe, la piedra con la capacidad de despertar a todos los licántropos del mundo. Esta ha sido robada no se sabe bien por quién, pero desde luego sabemos que sus intenciones no son del todo buenas (quiero decir, están atacando a gente en plena calle, no sé).
Así, la novela nos irá dando las piezas poco a poco, pero sin pausa, provocando que tenga un ritmo continuado y que no canse al lector. A esta investigación, además, añadimos una buenísima combinación de nuestras coordenadas más inmediatas: webs paranormales, redes sociales, el café, la gatocracia…; pero no solo en la ambientación sino también en el carácter de los personajes. Se agradece que poco a poco los personajes de fantasía se parezcan en nosotros en reacciones e incluso en vocabulario. El sentir a los personajes tan cercanos provoca que los comprendamos mejor, tanto en sus reacciones buenas como las malas y creo que esta creación de personajes que ha llevado a cabo la autora es muy buena.
Sí, volvemos a los que os interesa
Normalmente, cuando nos enfrentamos a una novela de investigación, lo primero que nos planteamos es si la trama está bien hecha o no. En este caso, qué os puedo decir, a mí me ha mantenido enganchada, los giros son buenos, los personajes son interesantes y hay de todo tipo, los motivos tanto del protagonista, Freis, como del equipo contrario son interesantes y la acción es lo suficientemente trepidante para que envolverte, pero no se pasa saturandote… No le saco pero. Es verdad que llegado a un punto era capaz de anticipar más o menos lo que iba a pasar (el final tal cual no y la verdad que eso me gustó y me sacó la sonrisa), pero disfruté igual de la trama. Además, empiezo a creer que eso de poder anticiparse es más problema del lector y cómo se lo tome en la historia, que de la propia historia.
Mis destacados
Si tuviera que destacar por qué me ha gustado la novela, os diría que la novela está muy bien porque tiene un protagonista canalla por naturaleza, porque su amigo inseparable es un gato, Mau, y porque la trama me enganchó desde el minuto uno.
Si pudiera profundizar más, os diría que además, el elemento femenino, Nann, Nik, María Silvia, etc. en la novela es guerrero y da guerra y que siempre está bien encontrar personajes así. Además, la novela tiene un toque de humor que te saca la sonrisa porque te hace sospechar y entender la crítica que por ahí está flotando. Por otro lado, a esto le tenemos que añadir que la combinación de la leyenda y lo contemporáneo está bien hecha y nada chirría.
Finalmente, la habilidad de Verónica para hacer todo esto teniendo un estilo cercano y que te invita a seguir leyendo. El ritmo como os decía más arriba es ágil, dinámico y, eso sí, no te da un respiro.
Creo que es una novela que merece mucho la pena leerla y que te invita a seguir conociendo más a sus personajes. La primera no la he leído, pero la leeré en breve y espero que Verónica siga contándonos las venturas y desventuras de este canalla, a ver si consigue lo que se propone. Espero que os animéis a leerlo, es un vicio contra el que no hay que luchar.