Treinta y seis horas después, su cuerpo estaba sediento, hambriento y - una cosa casi incomprensible para él-cansado. Los tuatha dé no dormían.
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Treinta y seis horas después, su cuerpo estaba sediento, hambriento y - una cosa casi incomprensible para él-cansado. Los tuatha dé no dormían.
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De un escritor colombiano "El amor en...