Ojalá encontrará las palabras adecuadas para que os acercárais a este libro porque es inolvidable. Ya desde la primera página quedé impresionada por las bellísimas ilustraciones. Terminé embobada mirando la primera página y me pasó a cada rato porque es un libro hermoso en su continente y en su contenido. Pero no es solo por el detalle de cada una de sus viñetas o las expresiones faciales tan llenas de vida... Tanto sus personajes como sus diálogos parecen auténticos. Incluso algunos comentarios ignorantes o desconsiderados parecen verdaderos. Un terrible terremoto sacude Perú y una familia francesa adopta a la pequeña Qinaya (tras muchos años sin lograr concebir). Vemos la historia a través de los ojos de los abuelos. Rysette está muy feliz por su nueva nieta, Gabriel para nada. Es un viejo gruñón y amargado que no le interesa nada tratar a la pequeña Quinaya... además nunca ejerció de padre a causa del trabajo y ahora no sabe (ni quiere) ser abuelo. Pero vamos viendo como se gana a Gabriel aunque no hablan el mismo idioma, porque ya se sabe que los sentimientos pueden superar las barreras del lenguaje. Son entrañables todos los personajes, protagonistas o secundarios y las escenas cotidianas en casa, jugando en el parque, montando en bici, cuidándola en vacaciones... ES PRECIOSO, NO LE CAMBIARÍA NADA aunque acabé llorando. Tiene segunda parte, espero que ese me deje más alegre porque acabé con el corazón en un puño. le daría diez estrellas si pudiera, estará entre mis favoritos del año. + Leer más |