Lo que el viento se llevó

Tengo el alma hecha jirones. Próximamente reseña.

«Lo que el viento se llevó» es una novela histórica que recorre la época de la Guerra de Secesión estadounidense y los años posteriores de la Reconstrucción. Los protagonistas son sudistas que viven en plantaciones y tienen a negros en casa como esclavos, a los que consideran miembros de la familia. Esto es algo que se defenderá durante todo el libro.

Sinceramente, esperaba encontrarme con una novela romántica, pero habiéndola terminado os diré que no entiendo esa etiqueta. Es una novela histórica en mayúsculas: las escenas de guerra, la descripción de conquistas y estrategia, pobreza, miseria… es una forma novelada de conocer los detalles de tales hechos históricos. ¿Relación romántica? Más bien no. Hay idealización, hay temores, orgullo, supervivencia. El amor es una línea secundaria que está presente pero no guía la novela.

Scarlett, la protagonista, es un personaje fiero, que rompe estándares, que lucha por lo que quiere, que saca adelante a su familia cuando ni hombres en semejante época son capaces de hacerlo.
No es un personaje perfecto: es egoísta, muy ambiciosa, poco piadosa y egocéntrica. Pero es un personaje que despierta admiración por su lucha incesante y su fortaleza de hierro hasta en las peores de las situaciones. Sin duda, una de mis favoritas.
Me ha gustado mucho el contraste entre ambos bandos y las hipocresías y manipulaciones por el poder. Por ejemplo, en relación a la liberación al abolicionismo, muchos negros, a pesar de su liberación, se mantendrán con sus amos, a los que profesan cariño, admiración y respeto (incluso más que los propios yanquis, como se ve en muchas escenas). Está repleto de críticas a la Unión, pero también a la Confederación. ¿Honor o supervivencia? Un debate permanente.
Le he dado 5 estrellas porque es magistral, porque debería ser lectura obligatoria y porque aprendes muchísimo. Y porque me ha hecho llorar como pocos libros lo han conseguido en mi vida: sin consuelo.

¿Lo que menos me ha gustado? Ese final poco cerrado, más agrio que dulce.

¡Una lectura para no olvidar!