Confesiones

Cuando me lancé a esta lectura, apenas sabía nada sobre el argumento. No había leído la sinopsis, aunque sí había escuchado que iba sobre una profesora que tenía la certeza de que la muerte de su hija no había sido un accidente. Y con eso ya tenía suficiente.

Confesiones es un libro diferente. Muy original. al menos, yo no recuerdo haber leído nada parecido a esto. Y es que la historia está planteada de una forma muy curiosa: a través de confesiones. de ahí el título.

De la literatura japonesa se suele decir que es más bien calmada y que no siempre ocurren cosas. Yo he leído muy poquito de ella aún, así que no tengo muchas referencias. Sin embargo, te diré que este libro sí que parece tener ese ritmo pausado, a pesar de ser un thriller, que suele ser un género donde las historias son más bien frenéticas (o deberían serlo, al menos). Pero esto no significa que no ocurran cosas.

Lo que hace Kanae en este libro es contarnos la historia de una venganza a través de cinco monólogos, interpretados por diferentes personajes. Por ejemplo, en el primer capítulo vamos a «escuchar» la explicación de Yuko Moriguchi da a sus alumnos al anunciar que deja el instituto y la enseñanza. No es algo rápido. de hecho, empieza en la página 5 y termina en la 71 (en la versión de Nextory). Y aunque podría parecer que algo así acabará siendo pesado, en realidad no lo es. La forma en que está escrita, con claridad y sin dobleces, representando muy bien el modo en que se habla a un grupo de personas, hace que la lectura sea bastante fluida.

En cuanto a los personajes, tenemos a los que «escuchamos» en esos monólogos que configuran los capítulos y a los que participan en ellos sin tener voz. Es posible que ninguno de ellos tenga una gran profundidad en su construcción, pero sí que les vamos a conocer lo suficiente como para entender sus motivaciones, incluso cuando nos resulte imposible empatizar con ellos precisamente por eso.

Tenemos, entonces, una trama que gira en torno a la muerte de Manami, la hija de Yuko, una niña de cuatro años que apareció flotando en la piscina del instituto. En principio, se achacó a un accidente, pero Yuko sabe que esa no es la verdad. Y así se lo dice a sus alumnos. A partir de ese momento, vamos a ver cómo se desarrolla su venganza, al tiempo que asistimos a las reacciones de los responsables y de otras personas relacionadas con ellos o con Yuko. Todo esto, llevado de forma que combina muy bien, al menos a mi modo de ver, ese ritmo típicamente japonés con la emoción del género.

Los giros de esta novela me han parecido muy interesantes, sobre todo porque creo que van aumentando en intensidad a medida que nos acercamos al final. Y ese mismo final es igualmente impactante. Yo, al menos, no me lo esperaba. Así que no solo me ha parecido sorprendente, sino que creo que cierra muy bien toda la historia y que está ejecutado de una forma muy correcta.

En cuanto a la ambientación, lo cierto es que no tiene un papel muy destacado en la historia. al menos, en un sentido, digamos, especial. Sin embargo, creo que hay muchos detalles que rodean la trama y que hacen que funcione en este caso, pero que quizá no lo haría de la misma forma si ocurriese en otros lugares del mundo. Me refiero a detalles como la importancia de preservar cierto honor de cara a los demás, por ejemplo. También hay cosas curiosas, como que la profesora llame todo el tiempo a sus alumnos compañero tal o compañera cual. Nunca lo había visto.

El libro no ahonda demasiado en ciertos temas, pero sí que los deja ahí, a modo de denuncia. Y, evidentemente, el asunto «estrella» aquí es la violencia juvenil. al parecer, Japón tiene uno de los índices de criminalidad más bajos del mundo. Pero cuando ocurre algo, suele ser realmente impactante, muy brutal. de hecho, hace años que la violencia doméstica va en aumento, así como el acoso laboral y los suicidios de trabajadores sobreexplotados. Pero también ha habido un aumento del número de parricidios. al final, todo esto parece, en parte, consecuencia de un sistema en el que se reprimen muchas cosas y se exigen otras. Cualquier cosa fuera de un equilibrio es peligrosa.

¿De verdad las personas saben de forma instintiva que el asesinato está mal? En un país poco religioso como Japón, sospecho que la mayoría de la gente cree en eso a ciegas, tal como se les ha enseñado a modo de principio ético. Y por eso apoyan la pena de muerte en el caso de crímenes particularmente atroces, sin darse cuenta de que en eso consiste la incoherencia entre sus propias creencias y sus actos.

Fragmento de «Confesiones».
¿Qué se queda conmigo después de esta lectura?
Pues me quedo con la originalidad de la forma en que la autora ha estructurado la historia. Desconozco si existen otros libros parecidos (supongo que alguno habrá), pero yo nunca había leído nada así y me ha sorprendido mucho. Y no solo por el modo en que Kanae decide contarlo, sino también por cómo lo ha escrito y desarrollado.

Pero también me quedo con las ganas de volver a leer algo suyo. al parecer, tiene ya un montón de novelas publicadas, pero solo tenemos dos traducidas al castellano (por la misma traductora), ambas editadas por Nocturna. Una es Confesiones y la otra Penitencia, que habría publicado en 2009 y que aquí salió el año pasado. Adivina quién va a leerla en cuanto pueda.

Entonces, ¿recomiendo Voy a traicionarte?
Totalmente. Porque es un libro que está bien escrito y que presenta una historia interesante, pero contada de una forma que me ha parecido muy original. Tiene personajes muy correctos, una trama bien desarrollada, varios buenos giros y un final que lo cierra todo de buena manera.
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