La tía Tula

El Desastre del 98, provocado por la guerra hispano-estadounidense, supuso para España el fin de una época y el triste reconocimiento de su papel secundario. Demostró que España era un país fracasado y decadente y avivó el pesimismo político, social y cultural.

Es en este contexto en el que un grupo de intelectuales trataron de provocar una reforma de la vida nacional. A los escritores de ese grupo se les llamó la Generación del 98.

Miguel de Unamuno fue la más fuerte figura de esa Generación. Nacido en Bilbao en 1864, obtuvo la cátedra de Griego de la Universidad de Salamanca, de la que fue nombrado Rector y, posteriormente, destituido por motivos políticos. Sus ideas políticas le obligaron al destierro en Fuenteventura. Secundó la sublevación militar que dio inicio a la guerra civil, aunque terminó retractándose. “Venceréis, pero no convenceréis”.

Miguel de Unamuno escribió “La tía Tula” en 1920. Tenía cincuenta y seis años.

Rosa y su hermana Gertrudis vivían con su tío cura, Don Primitivo. Rosa era la hermosura espléndida y provocativa. Gertrudis, con aquellos “ojazos de luto que se le meten a uno en el corazón”, era un cofre cerrado y sellado en que se adivina un tesoro de ternuras y delicias secretas.
Ramiro no creyó ver más que a Rosa, y con Rosa entabló relaciones formales.
Don Primitivo bendijo la boda. al primer hijo le pusieron Ramiro, como su padre. Con el tiempo llegaron Rosa y Elvira.

Del tercer parto murió Rosa, pero pidió a Gertrudis que fuera madre de sus sobrinos, pero no madrastra.

Muerta Rosa, Gertrudis marchó a vivir a casa de su cuñado para cuidar a los sobrinos. La tía Tula se considera MADRE sin necesidad de tener trato carnal con varón.

Comienza, así, en aquel hogar, una vida de triste desasosiego, de interna lucha. Ramiro busca acercarse a Tula, la acosa verbalmente, la roza, le suplica. Hasta que una noche Tula le dice que eso no podía ser así.

- “Si sigues sin reportarte tendré que marcharme de esta casa”.
- “¿Quién tiene la culpa de esto?”, contesta Ramiro.

Tula se resiste a su cuñado hasta que este cae en la tentación. Tula sorprende miradas íntimas entre Ramiro y la criada, Manuela, que acaba quedando embarazada. Tula los obliga a casarse. Manuela da a luz a un primer hijo, Enrique. Luego tendrá una niña, Manolita.

Ramiro cae enfermo de pulmonía. Viéndose morir le dice a Tula que fue ella la que le casó con Rosa.

- “Al principio, al veros, al ver a la pareja, sólo reparé en Rosa; era a quien se le veía de lejos; pero al acercarme, al empezar a frecuentaros, sólo te veía a ti, pues eras la única a quien desde cerca se veía. de lejos te borraba ella; de cerca le borrabas tu.“ .
- “Eres una santa, Gertrudis, pero una santa que ha hecho pecadores”.

Los ojos de Tula se hinchan de lágrimas y ambos juntan sus bocas besándose.

La tía Tula acaba convirtiéndose en la madre, su verdadera madre, una madre rotunda sin necesidad de hombres, que no madrastra, de los cinco hijos de Ramiro.

“La tía Tula” es una novela de amor y muerte por la que no pasan los días ni los años. Es una novela sobre la maternidad y la virginidad. Es una novela feminista y machista. Es una novela erótica. Es una novela de muchas lecturas, de muchas interpretaciones.

El desarrollo argumental es rápido. Unamuno va siempre a lo esencial del relato.

A mi entender, a “La tía Tula” le sobran algunas páginas finales para lograr la perfección. Quizás no he sido capaz de captar lo que su autor quiso decir con ese final.

Más logrado me parece, en cambio, el final de la película que, con el mismo título, dirigió en 1964 Miguel Picazo.

Tras la lectura de la novela no me pude resistir y volví a ver la película. Esta protagonizada por una genial Aurora Bautista, que desde la primera escena con esos “ojazos de luto que se le meten a uno en el corazón” llena la pantalla de puro erotismo y Carlos Estrada.
La tensión que se respira en toda la película, a pesar de los abundantes cortes de la censura, es continua y Tula destila sensualidad a raudales.

En la película es el segundo matrimonio el que desencadenará el drama final; la desesperación de la tía Tula por la pérdida de sus sobrinos que marchan con su padre tras contraer matrimonio.

Es una película que se disfruta enormemente y la aconsejo tanto como el libro.