La química

Cuando supe de la publicación de esta novela tenía mis dudas. Crepúsculo en su momento fue el boom y los dos primeros libros me gustaron muchísimo. Los dos restantes ya no fueron tanto de mi agrado y me decepcionó el rumbo de la historia. Por eso, con esta nueva incursión de la autora en la novela adulta estaba a la par intrigada y con miedo. Pero, como la curiosidad mató al gato, acabé aceptando un ejemplar de la editorial y la verdad es que no me arrepiento en absoluto. Stephenie Meyer ha sabido crear una historia que engancha desde la primera página, con una protagonista que se basta consigo misma para salir airosa de cualquier situación con sus métodos y conocimientos científicos, y con una argumento que fluye por sí solo y parece sacado de una película de acción y suspense al más puro estilo Jason Bourne.


Alex, como se hace llamar actualmente nuestra protagonista, es una química de mente privilegiada que trabajaba para el Gobierno de los Estados Unidos realizando experimentos secretos consistentes en elaborar técnicas químicas y prácticas de tortura. Todo ello para que el gobierno sea capaz de obtener información rápida y eficaz de terroristas y sujetos que representan un peligro para la seguridad del país. Sin embargo, algo sale mal y cuando su compañero de laboratorio aparece muerto en extrañas circunstancias, Alex se da cuenta de que es hora de huir: alguien intenta quitarla de en medio y no se rendirá sin luchar antes. Tras tres años de huida, en el momento actual, Alex está a punto de dejarlo todo atrás. Las personas que le pusieron en esa situación le han ofrecido una vía de escape: torturar con sus métodos a un hombre llamado Daniel que está planeando expandir un virus mortal por América. Si consigue sacarle la información que necesitan, Alex ya no tendrá que pasarse la vida huyendo. ¿Lo conseguirá? ¿Será fiel la información que le han dado? ¿Cumplirán con su palabra? ¿Quién es Daniel en realidad?

La Química es un thriller que engancha desde la primera página. Narrado en tercera persona del singular se nos introduce en el día a día de Alex, moviéndose constantemente para evitar que den con ella y, al mismo tiempo, en cada parada obligatoria en su trayecto interminable, nos presenta su rutina diaria en cuanto a la preparación y a las medidas de seguridad que toma para el caso de que la pillen por sorpresa. Alex, es una chica meticulosa, inteligente y muy hábil que usa todos sus conocimientos y experiencia como científica para crear un perímetro de seguridad y posicionar trampas y alarmas que le den un tiempo extra por si dan con ella antes de poder ponerse en marcha de nuevo. Sus técnicas son bastante sorprendentes y es algo que me ha gustado mucho. Además, mientras descubrimos cómo se las ingenia para sobrevivir y montar todo el entramado de escudos y herramientas mortíferas, también se nos van dando retazos de su pasado y de su trabajo con el fin de hallar el enlace y desencadenante de su situación actual, el motivo de por qué su agencia trata de ponerla a dos metros bajo tierra.

Siendo un libro bastante extenso, destaca que la lista de personajes sea muy reducida. Los personajes que podemos considerar como principales son tres: Alex, Daniel y Kevin.
Alex no es la típica mujer despampanante que nos podemos imaginar como protagonista de cualquier película, serie o libro de acción con agentes del gobierno y de la CIA de por medio. Todo lo contrario, Alex es una chica del montón, bajita y delgada. Su físico no es destacable y nadie la tildaría de peligrosa echándole un simple vistazo. Alex sabe que su fortaleza se encuentra en su inteligencia, su instinto y sus conocimientos sobre química y hace uso de todo ello a cada momento, dejando la fuerza física como último recurso, y es algo que he admirado mucho del personaje. Conoce sus puntos débiles y aún así los transforma en su mejor baza para pasar desapercibida y sorprender en el momento necesario con lo que mejor sabe hacer.
Daniel es un personaje que me ha gustado mucho. No quiero hablar mucho de él y de Kevin para no desvelar un apartado importante de la trama. Sólo añadir que es un personaje que llega para aportar la parte más humanizada e inocente de la historia. Su aparición y cómo acepta la situación sí es algo a lo que no le encontré mucha lógica pero, conforme transcurría la trama, empecé a comprender que su reacción puede ser tan natural y lógica como cualquier otra, incluso la opuesta y más razonable. Nunca sabemos cómo vamos a comportarnos ante una situación hasta que no nos vemos metidos de lleno en ella, así que, aunque me haya chocado inicialmente su facilidad de adaptación y aceptación, es un personaje que me ha gustado por todo lo que aporta a la historia y por su visión, y sentido común ante todo.
Kevin, por último, es lo opuesto a Daniel: cabezón, líder y acostumbrado a sobrevivir y luchar por su cuenta. Pero también es un personaje fuerte, protector y valiente y que aporta algo diferente en su afinidad con Alex y Daniel, sobre todo con la primera, a la que desprecia y no soporta; un sentimiento mutuo, todo hay que decirlo.
También tengo que destacar como personajes a los perros. Kevin trabaja con perros adiestrados para situaciones extremas y de protección y me encanta cómo se muestra la relación entre animal y dueño. Son protagonistas de escenas tiernas y también de momentos donde muestran los colmillos y atacan si sus dueños se encuentran en peligro.

La única pega que le puedo poner a esta novela es el romance, precipitado y poco creíble. Puede que tenga su justificación en la actitud de Daniel, como ya comentaba antes, y en lo rápido que tienen que confiar el uno en el otro para salir airosos de los peligros que se les presenta, pero la autora en ningún momento habla de atracción física instantánea o de sentimientos que florezcan lentamente. Desde el principio hace referencia y remarca el amor a primera vista y, no, no es algo que haya logrado asimilar por mucho que me haya gustado la evolución del romance, en especial por parte de Alex, que se cierra a descubrir qué es eso del amor porque sólo tiene cabeza para sobrevivir y pensar un día a la vez, siendo Daniel el que le abre los ojos y el corazón a la posibilidad de que haya entrado alguien en su vida que se preocupa por ella tanto como para protegerla y luchar por su seguridad y supervivencia sin importar nada más.

Stephenie Meyer ha sabido crear una historia con descripciones muy visuales y fáciles de seguir, incluso con las explicaciones de las fórmulas y herramientas químicas que usa y construye Alex. Es fácil empatizar con los personajes y comprender sus motivaciones e impulsos. Quizá la historia se asiente un poco a mitad del libro, sin que haya demasiada acción, pero se subsana con creces al inicio, con la presentación de Alex, y al final, con un desenlace trepidante, lleno de ingenio, de lucha, de armas tradicionales como las de fuego, y de otras tantas frutos del ingenio de Alex que sorprenderán al lector.

En resumen, 'La Química' es una novela que he devorado por la facilidad de la autora para ponernos en situación y presentarnos a una protagonista fuerte, inteligente y decidida a todo para sobrevivir y hallar a los culpables de que se haya pasado tres años huyendo. Con una narración muy visual y adictiva, 'La Química' es un thriller digno de película Hollywoodiense, con unos personajes increíbles y una trama cargada de ingenio y acción final. Una buena incursión de Stephenie Meyer en la literatura adulta.

Enlace: http://eraseunlibro.blogspot..