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Por el décimo aniversario de Crepúsculo, su autora hizo un retelling cambiando los géneros de gran parte de los personajes. Por ello, Bella pasa a ser Beau(fort) y Edward pasa a ser Edythe, a los que siguen sucesivos cambios de género para toda la familia Cullen, amigos y compañeros de escuela, exceptuando los casos de Renee y Charlie, que se mantienen en sus respectivos roles. Hay que tener en cuenta que, a grandes rasgos, la historia es la misma, mantiene la estructura y los acontecimientos clave así como las escenas que marcan la trama, como la visita al prado. Sin embargo, uno de los grandes cambios es el hecho de que se suprimen gran parte de las reflexiones que realizaba Bella y que personalidad de Beau no es tan pánfila o estresante para los lectores y lectoras. Igualmente, Edythe no es un personaje tan torturado como parecía ser Edward, lo que facilita el acercamiento a ambos (factores sobrenaturales a un lado). Por todo ello, estamos ante la misma historia que conocemos pero cuya lectura se hace más ágil y dinámica y que la autora creó con la idea de demostrar que esta podría desarrollarse de igual forma tanto si tenía una protagonista como si se trataba de un hombre. Para quien que se haya visto arrastrado o arrastrada de vuelta a Forks con la llegada de Sol de medianoche, este libro es el complemento perfecto. Colibrí |
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