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Crítica de Celeste_Lightwood


Celeste_Lightwood
12 July 2021
En este retelling de la Cenicienta, Cinder es un ciborg que vive junto a su madrastra y sus hermanastras. La relación con su familia es tensa ya que, a excepción de su hermanastra menor, Peony, la mayor, Pearl, y su madrastra, Adri, la desprecian por su condición de cyborg y por tener que cuidar de ella. A pesar de esto, Cinder trabaja duro para mantener a su familia como mecánica, siendo una de las más famosas y hábiles de Nueva Pekín. Gracias a sus capacidades, un día mientras transcurre su jornada en el mercado, el príncipe Kai aparecerá ante ella de incógnito para pedirle que arregle a su robot-cuidadora, pues ha dejado de funcionar de repente y contiene información de vital importancia para el príncipe. Cinder aceptará el trabajo y a raíz de ahí comenzará a formarse una relación de amistad entre ellos.

Paralelamente, Nueva Pekín lleva años sufriendo estragos a causa de la letumosis, una enfermedad extremadamente contagiosa que todavía no tiene cura y que termina matando a aquellos que se infectan. El gobierno está invirtiendo grandes sumas de dinero en la investigación para conseguir una vacuna y aceptando voluntarios cyborgs para probar en ellos el resultado de los experimentos. Cuando Peony, la hermanastra pequeña, enferme de letumosis, Adri ofrecerá como voluntaria a Cinder, en contra de su voluntad, para que ayude en la investigación. Cinder será trasladada al palacio y durante el tratamiento médico descubrirá que ella no es una cyborg cualquiera y que si apenas recuerda nada sobre su pasado y su niñez se debe a que este oculta ciertos secretos que, de revelarse, cambiarán la historia tal y como se conocen. A la amenaza de la letumosis se le suma la amenaza de los lunares, una raza alienígena que vive en la Luna y que está gobernada por su dictadora Levana, una reina fría, calculadora, despiadada y de inquietante belleza, quien desea desesperadamente convertirse en emperatriz a través del matrimonio con Kai, futuro emperador de Nueva Pekín, y cuya tiránica unión parece ser la única solución si el príncipe quiere ayudar a su pueblo en tan terribles circunstancias.

Nos encontramos en un futuro distópico reorganizado territorialmente tras la Cuarta Guerra Mundial. La acción se sitúa en Nueva Pekín, gobernado por un régimen imperial. Cinder, quien toma el papel de Cenicienta, es una cyborg que fue hallada en misteriosas circunstancias por el marido de Adri. Cuando este falleció, la mandó con su esposa y sus hijas para que cuidaran de ella, pero nunca fue bienvenida porque Adri la culpa de la muerte de su marido y porque, además, no le hace gracia tener que invertir su tiempo y su economía en alguien ajeno a su familia, pese a que sea Cinder la única que trabaje y el único sustento del hogar. El personaje de Cinder me ha gustado mucho porque tiene dos caras. Por un lado, vemos a una joven sumisa, modesta y complaciente con su madrastra y sus hermanastras, siendo consciente de que, mientras Adri sea su tutora legal, ella no podrá huir de esa casa. Su situación de vulnerabilidad y desprecio se verá paliada por su hermanastra pequeña, Peony, quien la quiere de verdad, y por Iko, una robot-ama de casa con un chip de personalidad que la hace ser parlanchina, descarada, divertida y soñadora. Mientras de cara al público Cinder muestra esta faceta más sumisa, aprovecha sus habilidades como mecánica para ahorrar dinero para sí misma y forjar un plan de huida junto a Iko que les proporcione la tan ansiada libertad. A pesar de su juventud, Cinder me parece una chica muy madura, que tiene claros sus objetivos y sus principios morales y es fiel a sus convicciones. No tolera las injusticias y luchará contra ellas en la medida de sus posibilidades.

Cuando conoce a Kai y se hace evidente que entre ellos empieza a surgir una atracción mutua, esos nuevos sentimientos no hacen que Cinder se desvíe de su camino (como tan acostumbrados estamos en las novelas juveniles), sino que ella sabe que lo que sienta por el príncipe no puede ni debe colapsar sus proyectos y su futuro. Esto es algo que me gustó muchísimo de su relación, ya que no solo se cuece a fuego muy lento, sino que no se forja como un impedimento de sus respectivas tramas. al contrario, ambos saben a la perfección que el amor no debe convertirse en lo principal, pues cada uno tiene sus propias responsabilidades y deben ejecutarlas hasta sus últimas consecuencias, sin importar lo que dicten sus corazones. Es verdad que he echado en falta un pelín más de romanticismo (porque a quién no le gusta que una pareja tan bonita como la suya se achuche un poco), pero como digo, me ha encantado cómo la autora ha desarrollado su relación y cómo esta no ha pasado a un primer plano.

Por su parte, Kai es un chico dulce, comprensivo y muy sensible ante los padecimientos de su pueblo. Dado que su padre está enfermo de letumosis, sabe que no le quedará más remedio que acceder al trono antes de tiempo, por eso se esfuerza en ser un buen gobernante y en escuchar a sus ciudadanos para tratar de darles las mejores condiciones posibles. Kai es el emperador que todo el mundo querría tener. Es justo, responsable, consecuente y antepone el pueblo y su bienestar a su propia felicidad y sus deseos. Por eso, cuando la reina Levana se presente ante él con la promesa de ayudar a Nueva Pekín a cambio del matrimonio, Kai tendrá que meditar si siguen en tensiones con la Luna (un pueblo temido y odiado a partes iguales a causa del despotismo de su reina) o si cede la soberanía y la comparte con esta, pese a sus propias reticencias y las de sus ciudadanos. Kai es un personaje que me da mucha pena porque lleva sobre sus hombros todo el peso de la nación a una corta edad y en un espacio corto de tiempo se ve obligado a tomar decisiones trascendentales que no solo cambiarán el rumbo de su país, sino que afectaran de una manera irreversible a su vida.

Este libro apenas tiene acción, pero eso no quiere decir que la trama sea pausada ni mucho menos. El ritmo fluye muy bien y te vas leyendo los capítulos sin apenas darte cuenta. Marissa Meyer juega muy bien con la tensión del lector y nos va dejando miguitas de pan en cada capítulo para que queramos seguir leyendo y averiguar qué es lo que está sucediendo, por qué parece que Cinder es tan importante de repente no solo para la letumosis, sino para la política general, cómo se va a librar Kai de casarse con Levana (si es que puede) o si finalmente Cinder e Iko lograrán escapar de las garras de Adri. Los últimos capítulos son frenéticos y te dejan con el corazón en un vilo porque todo se precipita y parece que todo lo que pueda salirle mal a los personajes, les saldrá mal. Pese a ser una relectura, esta novela ha conseguido sorprenderme como la primera vez aunque, lógicamente, de alguno de los giros de trama todavía me acordaba. Como he comentado más arriba, Cinder es un retelling de la Cenicienta y, aun así, la autora ha conseguido crear una historia totalmente nueva. Sí, es cierto que podemos ver reminiscencias del cuento clásico en los personajes y en ciertos eventos, pero la mayor parte del tiempo se nos olvida que se trata de un retelling excepto por algún que otro detalle que va apareciendo. La autora ha cogido una historia que ya existe y la ha hecho suya, algo que me ha encantado.

El final también es espectacular. Las últimas páginas son frenéticas, te dejan el corazón en vilo y cierras el libro tan solo deseando hincarle el diente al siguiente porque necesitas saber qué va a ocurrir con sus protagonistas y cómo va a continuar la historia, lo cuál para mí siempre es buena señal.

Cinder es un magnífico inicio de tetralogía. Nos presenta una historia distópica muy original (que incluso nos puede recordar demasiado a nuestra situación actual de pandemia), con unos personajes bien construidos, una tensión y un ritmo bien llevado y que nos mantiene con la intriga y enganchados hasta el final.
Enlace: https://notodoesfantasia.blo..
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