Agnes Grey

Anne Bronte nos trae una historia sobre las dificultades de lo que era ser una institutriz en sus tiempos.
La historia comienza presentándonos a los padres de la protagonista, como la madre renuncio a grandes lujos por amor, ya que al decidir casarse con su marido de clase inferior fue desheredada, y si bien no tenían grandes dificultades económicas tampoco podían vivir tan holgadamente, el padre sabiendo lo que su esposa dejo por el siempre trataba de darle más de lo que podían permitirse.
De esta unión dio resultados a dos hijas Mary, la mayor y Agnes la menor, y la protagonista. Un día su padre decide invertir en un barco lleno de mercancía, pero lamentablemente este naufraga y los ingresos de la familia bajan considerablemente, lo que lleva a la cabeza de familia a caer en una triste melancolía, para ayudar a la familia Mary comienza a vender dibujos, gracias a su talento le va bien, por otro lado, Agnes no se veía futuro en ese ámbito por lo que decide convertirse en institutriz, gracias a los antiguos contactos de su madre consigue un puesto, lamentablemente Agnes idealizaba mucho la idea de ser una institutriz y todas estas ideas la atacan al conocer a la primera familia, una familia con unos hijos muy malcriados, una madre complaciente y un padre muy enojón y con poco interés en sus hijos, así empieza el calvario de Agnes en este mundo.
Diversos sucesos pasan en el que Agnes termina cambiando de trabajo y llegando a una familia donde si bien no son malas personas tampoco son tan buenas.
La prosa de Anne es ligera y fácil de seguir, dándonos a entender lo difícil que era ser institutriz en estos tiempos, donde no siempre la familia es buena y amorosa con la gente, pero tampoco son malos al cien por cierto todos. Un buen equilibrio.