Las últimas

«El peso de la acción recae en la palabra porque la palabra importa, porque al decirse origina la realidad: las palabras provocan.»

Cita del prólogo de Elena Medel.

«Antes, cuando éramos jóvenes, viajábamos porque sí, me acuerdo de eso: viajar porque sí, por puro placer. Pero la vida se hizo exigente, y hace mucho que solo viajo con un objetivo concreto: descansar de algo, reponerme de algo, quizá incluso salvar una relación.»

Fragmento de Las Bárbaras.

En Las últimas se recogen cinco piezas teatrales en las que Lucía Carballal habla de todo y, especialmente, de cómo se crean, mantienen y destruyen las relaciones entre las personas. Nos encontramos con unos personajes que están atravesados, como no podía ser de otra manera, por su forma de habitar el mundo, de entender el amor, la vida, el trabajo.

De la explotación laboral en una empresa y la energía que se pierde en el trabajo a unas mujeres que narran su vida para hablar de sus errores, renuncias, deseos y miedos; de un monólogo teatral que parte de la necesidad de tener esperanza en un futuro incierto, pasando por la ausencia de una figura paterna en la vida de una familia hasta llegar al debate que una pareja lleva a cabo sobre el amor, la admiración que este debe (o no) conllevar y la escritura.

Mientras leía estas historias me parecía estar dentro de cada obra y escuchaba cada voz como quien escucha una conversación de metro. Entendía a cada personaje, incluso cuando sus posturas acababan por resultar contradictorias. Y es que, como dice Carmen, uno de estos personajes, todos tenemos derecho a la contradicción.

Carballal tiene un oído tan trabajado que hasta las emociones (la ironía, el enfado, la duda) se transmiten cuando cada uno habla. Y cuanto más veces lees, más lecturas sacas. Es esta construcción de los diálogos, del espacio y del tiempo lo que consigue hacer que uno vea en estas obras algo creíble, real, especial.

Quería empezar a leer teatro y siento que esta ha sido la mejor forma de hacerlo. Gracias a la editorial por mandarme este ejemplar y a Carballal por darme una nueva necesidad: leer e ir a ver todo lo que escriba.