Tarda en arrancar, pero cuando lo hace, cuando asimilas el estilo con el que está escrito y le pillas el truco, es una delicia estilística. Su mensaje, al igual que su forma de transmitirlo, es una preciosidad: la libertad, el amor y el odio. Y habla de ellos con la grandeza que les corresponde. Hasta su historia romántica me ha gustado, pero sobre todo me ha encantado el personaje de Sybel. Los acontecimientos de la historia pasan a un segundo plano porque la hechicera se los come con patatas con su carisma. Lectura de la que estar muy pendientes. |