Voy a escribir esta reseña con un poco de penita. Y es que no he disfrutado la novela como se merecía. Estamos frente a una historia de fantasía y fantasía propiamente dicha. Sybel vive aislada en una montaña con sus animales cuando un día aparece un chico huido y le pide que se haga cargo de un bebé que está en peligro y desde aquí se desarrolla la aventura. Es cierto que es una historia bonita y no la disfruté al no estar muy experimentada en fantasía, al fin y al cabo la “fantasía” que he leído y me gustan son distopías e igual más orientado a la ciencia ficción, con lo que la forma de narrar y los nombres me hacían perderme en muchos momentos, unido a que es una novela cortita y no desarrolla mucha introducción hizo que no me ubicara demasiado bien. Lo que más me gustó es adentrarme en la relación tan bonita que Sybel tiene con los animales y su forma de comunicarse con ellos, además de dejarme ganas de adentrarme más en este género. |