Un hombre encantador

Podían burlarse todo lo que quisieran; ahora pisaban territorio de La Gaceta del Misterio.

He estado hablando con la clase de personas que piensan que muchas cosas existen e incluso ellos han dicho que es imposible.

Hannah estaba, en una palabra, borracha. En dos palabras, muy borracha. En tres palabras, muy muy borracha. En dos palabras otra vez, aunque esta vez una de ellas con una alta puntuación en el Scrabble, paralíticamente borracha.

Mientras vaciaba la bandeja en la basura, disfrutó momentáneamente del cálido brillo del sol de la mañana y del odio de un completo extraño.

Algunas mentiras son demasiado gordas como para molestarte en rebatirlas.

Banecroft se quedó callado. Estaba rogándole a una silla vacía.