La república de otoño

Por primera vez en su historia, Adro está dominada por extranjeros, jamás había pasado que Tamas recuerde. Pero no es lo único fuera de sus planes que pasa.

Adamat busca respuestas, alguien los ha traicionado y deben encontrar al culpable, pero las soluciones aparecen y no están preparados para ello. Yo tampoco lo estaba🙃

Los amigos se vuelven enemigos en esta cruenta guerra y yo solo he sufrido leyendo, no porque fuera una mala historia, al contrario, solo quería que todo se solucionase!!!

La ambientación es increíble y está escrito de forma que las descripciones no se hacen pesadas, como pueden ocurrir cuando tienes que explicar el mundo en el que se mueven. La forma de magia me ha gustado mucho, sin llegar a ser un cliché típico, si señor, bien hecho!!

Sin entrar en muchos detalles de la trama, para no hacer spoilers de los libros anteriores, continuamos acompañando a los personajes en el conflicto bélico que se está desarrollando, dónde la participación de los dioses y las intrigas políticas complican las cosas y generan una atmósfera de tensión continua.

Nos encontramos en plena campaña y este libro es el que más se centra en el conflicto en sí, trasladandonos a un ambiente tenso en el corazón de la batalla y haciéndonos partícipes de las decisiones estratégicas del ejército, algunas de las cuáles conllevan que no puedas dejar de leer.

Por otra parte, el punto de vista de otro personaje nos traslada a la capital de Adro, dónde nos muestra cómo se vive la guerra en la ciudad y las tensiones políticas que se están desencadenando, que llevan a situaciones peligrosas y a llevar a cabo investigaciones muy interesantes.

Debo decir que he disfrutado muchísimo de este libro y de la trilogía en general, que pasa a ser una de mis favoritas. El segundo libro ha sido el que más me ha gustado; me pareció el más impactante, pero he disfrutado mucho de los tres.

Éste, que es el que nos atañe, es, quizás, el que más tensión genera. En parte por el hecho de saber que es el que cierra la trilogía y necesitas saber cómo va a acabar una guerra que parece imposible ganar, y, en parte, porque aquello que mueve los hilos tras el conflicto genera mucha intriga a lo largo de todo el libro.

En cuanto a sus personajes, me ha gustado ver cómo se desenvuelven durante el conflicto y he visto evolución en algunos de ellos. Aunque en la mayoría de personajes la evolución no es muy reseñable, me han gustado todos hasta el final.

Cómo broche de la trilogía me ha parecido perfecto. Creo que tiene un final redondo y muy acorde con la trama que se nos presenta desde el primer libro. Pasé la última página con una sensación satisfactoria.

Tenía muchísimas ganas de tener, por fin, el cierre de esta trilogía, asi que no podía dejar de leerlo en cuanto cayó en mis manos.

Una trama donde se ha notado la evolución de la historia y de los personajes, donde siguen apareciendo giros que sorprenden y la acción no da tregua.

Poquito más puedo contar sin desvelar nada de la trama, pero si que he de decir que ha sido una de mis trilogías favoritas de los últimos tiempos, que me ha parecido un cierre a la altura de lo esperado y que he disfrutado muchísimo este final.

Una trilogía de fantasia épica llena de magia, con diferentes sistemas, con mucha acción, misterio, traiciones, venganzas... En definitiva, bastante completa y con un worldbuilding muy original y bien construido.

Un autor más que recomendado.

El cierre perfecto para una trilogía maravillosa.

Poco puedo decir que no haya comentado ya en las reseñas de los dos libros anteriores. Me sigue resultando fascinante el sistema de magia de este mundo y el uso de la pólvora como fuente de poder. Y, una vez más, nos encontramos con la mezcla perfecta entre acción, política, batalla y desarrollo de los personajes. Personajes de los que me ha costado muchísimo despedirme.

Este tercer y último libro inicia con ese ritmo más trepidante que vimos en el segundo libro, y este va descendiendo de manera paulatina a medida que nos vamos acercando al final, hasta desembocar en un cierre en el que queda todo bien atado y que, a pesar de todo el sufrimiento vivido, te deja con un buen sabor de boca.

Quiero destacar, una vez más, el papel de los dioses. Un papel que gana fuerza en esta última entrega. Y es que aquí los dioses son un personaje más, alejándose de esa visión omnipresente y todopoderosa a la que estamos acostumbrados.

No es una lectura ni fácil ni ligera, por lo que, a pesar de lo mucho que la he disfrutado, no la recomendaría a cualquier lector, pero estoy segura de que será toda una delicia para los amantes de la fantasía épica que vayan en busca de nuevos mundos y nuevas emociones.