Cuando ya no queda nada, el hombre, mantiene la esperanza. Esperanza en seguir vivo, sólo eso. Estoy seguro de que en caso de desastre mundial apocalíptico me encantaría morir en el primer momento. No dispongo de la fuerza e ingenio para ser un superviviente. La novela va de eso, sencillamente. Ser lo suficientemente valiente para levantarse un día más. Con una prosa sencilla nos presenta un paisaje desolador. Angustiosa a veces, la rutina de la búsqueda de algo cuando ya no hay nada. |