Las palabras a veces son cárceles que encierran realidades. De nosotros depende romper los barrotes de su forma.
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Las palabras a veces son cárceles que encierran realidades. De nosotros depende romper los barrotes de su forma.
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El problema es que la vida no se puede planear, porque es ella la que te lleva y no a la inversa, da igual que nosotros creamos que sí.
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¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?